El 12 de junio del año 1999 la ciudad de Tacuarembó se despertaba con la noticia lamentable de un homicidio en el Parque Batlle.
Escribe: José Esteves
Allí un joven había sido ultimado a balazos: era el inicio de una historia que aún no ha tenido su último capítulo.
Víctor Hugo Olivera Rodríguez tenía 19 años de edad, es hijo de Américo y Raquel, vecinos del Barrio La Palma.
A 18 años del hecho, la policía aún no pudo aclarar el homicidio de Víctor Hugo Olivera, aquel joven jugador de Progreso que fue asesinado al estilo mafia, ejecutado sin poder defenderse. El 12 de junio del año 1999 alguien fue a buscar a Víctor Hugo a su casa, siendo la última vez que se lo vio con vida. Esa madrugada fue asesinado, apareciendo su cuerpo con tres impactos de bala
Desde su muerte hasta la investigación policial ha tenido muchos claros y oscuros, han pasado varios Comandos de la Jefatura de Policía, pero nadie ha podido o no ha querido aclarar el mismo.
Desde una escena del crimen contaminada, hasta la desaparición física de algunos testigos, son elementos que no han permitido aclarar el homicidio. Errores en la investigación y en el levantamiento de las pruebas han provocado que cada día y con el pasar del tiempo sea más dificultoso para los policías poder aclarar este asesinato.
El jefe de policía de Tacuarembó, Sergio Solé confirmó a El Avisador que se está interiorizando sobre el caso, por lo cual mantuvo una reunión con el papá de la víctima, con Américo Olivera. “Ningún caso se cierra hasta que sea aclarado, es una deuda pendiente para la policía”, dijo Solé.
Consultado por El Avisador, el sub jefe de policía, Héctor Rodríguez Santana dijo que indudablemente se trata de un caso muy complejo pues han pasado muchos años. “Se han distorsionados pruebas, testimonios y hay gente que ya no está y podía haber brindando información”, dijo Rodríguez Santana.
El caso preocupa al Comando, por lo cual no se descarta revisar los testimonios, siendo una vez más la esperanza para la familia de la víctima la asunción de un nuevo jefe. “Tenemos que descartar varios hechos, testimonios y rumores, estamos chequeando la información, y el caso nunca dejó de ser una preocupación para la policía de Tacuarembó, porque hace 18 años que es una materia pendiente que tenemos”, expresó.
Rodríguez Santana confirmó que hay testigos que ya no están con vida, situación que podía haber ayudado para esclarecer el caso. “Tuvimos errores nuestros, se han sumado una serie de acontecimientos que con el tiempo generan que sea más difícil de aclarar”, señaló.
En el caso se ha trabajado desde la Dirección de Investigaciones, también desde la Seccional Segunda y a nivel nacional con el apoyo de la Dirección Nacional de la Policía Científica y del Departamento de Homicidios de la Jefatura de Policía de Montevideo, pero sin éxito. Tras proyectiles fueron extraídos del cuerpo de Víctor Hugo e incluso fueron interrogados y sometidos al polígrafo cuatro sospechosos de la causa, pero sin resultados que arrojaran pruebas contundentes.
Han transcurrido 18 años de aquel asesinato cuasi mafioso, y aún hay un pueblo que exige respuestas a la policía y a la Justicia, y una familia que espera justicia para su hijo.
Fotos: Internet.