Generalmente la biografía de un personaje público, de un artista, permite contar un proceso. Comenzando con la formación, los inicios, el debut, los vaivenes de la carrera, el primer gran éxito, el salto a la fama, el mantenimiento de la misma o la caída libre, hasta que finalmente hace historia o queda en la nebulosa de un artista más.
Carlos Gardel es el máximo artista de la canción popular del siglo XX, su formación será objeto de otra historia. El debut profesional como el propio Gardel lo mencionara, fue en 1914, el debut en el Uruguay profesionalmente fue en junio de 1915. Pero al «Zorzal» lo conocemos cantando desde siempre.
Los primeros informes relatan un «jovencito», casi adolescente, cantando por la zona de sus pagos natales: Tambores, Valle Edén, Paso de los Toros, Tacuarembó y otras zonas del Departamento. Y hemos elegido de todos los apodos como se le conoce a Gardel, el de el «Zorzal».
Ese mote fue puesto, al decir de Tomasa Leguisamo (madre de Irineo Leguisamo), como el «Zorzalito de Tambores», ya que de muy jovencito andaba cantando por la zona mencionada y alrededores. Por tanto, podemos agregar de acuerdo a los relatos, siempre hemos conocido a Gardel cantando.
El 18 de junio de 1915 Gardel y Angelito Rodríguez, actuaron casi simultáneamente en el »Royal Theatre», de la calle Bartolomé Mitre, entre Buenos
Aires y Reconquista, al lado del Pigall uno de los más importantes cabarets de la época. Lugar donde no solo se hacían representaciones teatrales como pudiera sugerir su nombre, sino también otro tipo de actividades: deportivas (en especial boxeo), y aún políticas, como por ejemplo las reuniones de la Convención del Partido Colorado en época de José Batlle y Ordoñez.
Gardel con Razzano lo hizo el viernes 18 a las 21 horas, y Angelito Rodríguez el domingo 20, en la tarde. Y los dos eventos fueron anunciados en el mismo
programa.
Muchas veces en los programas, como en este caso, se reunían canciones con peleas de boxeo. El mismo programa anunciaba, para el domingo 20, el «Sensacional encuentro de Box» entre el campeón chileno Aníbal Parada, con el campeón uruguayo Angelito Rodríguez». Los precios variaban, entre
$2,50 y lo que antes llamábamos un real esto es $0,10.- Gardel era uno de los grandes amigos del Boxeador uruguayo Angelito Rodríguez, y se admiraban recíprocamente por sus respectivos triunfos.
El Empresario de este teatro era un antiguo barítono llamado Visconti Romano, que en esos momentos estaba preocupado porque su Empresa no marchaba como él lo deseaba. Entonces recurrió a un amigo suyo Manuel Barca, conocido con razón como «El Rey de los Empresarios», en procura de traer algo de Buenos Aires, que mejorara la taquilla. En el Teatro Nacional de la Capital argentina, estaba actuando en ésos momentos el Dúo GardelRazzano en sus primeras presentaciones, acompañados por la guitarra del «Negro» Ricardo. Y de inmediato los contrató para actuar en Montevideo, ofreciéndoles cincuenta pesos por día, que enseguida aceptaron.
Así, el programa del 18 de junio de 1915, del referido teatro de Montevideo, anunciaba para ese viernes 18, el «Soberbio Debut: Gardel-Razzano, Estilos, cifras, tonadas», (como se ve todavía no cantaban tangos). Se le anunciaba como «Dúo Criollo», como también lo llamaban en Buenos Aires, lo que según el diccionario de la lengua es el «americano descendiente de europeos». Y como si esto fuera poco, al costado y en recuadro lo refiere como «Dúo Nacional», que también, según el diccionario es el «natural de una nación, en contraposición a extranjero». Porque tanto Gardel como Razzano, lo eran en el lugar donde lo anunciaban, esto es Uruguay. – Su actividad se había iniciado en marcos muy humildes.
Cafetines de arrabal y pulperías de campaña, donde levantaban un tabladito con las propias mesas y recibían como compensación el producto de una rifa, organizada por ellos mismos, de una botella de coñac o vermut.
De este modo, el recibimiento que les prodigó Montevideo les llenó de asombro, de pavor La ciudad estaba prácticamente empapelada con el retrato de ambos, pañuelo al cuello y gachito cantor, cuando el barco atracó a muros. Con las guitarras colgando del brazo, los conducen a desayunar al Café
«Bom Marché», en Florida y Soriano, bajo la intensa lluvia de aquella fría mañana. Al observar la bienvenida que les daban los muros llenos de carteles,
Gardel se sintió, una vez más, apabullado. Era como un sueño hermoso.
-Che Barca ¡van a creer que soy un Caruso!, protesta amigable. -¡Te aseguro que lo sos!, lo alienta Barca.
Y esa misma noche hacen una exhibición en privado. La sagacidad de Manuel Barca no ha olvidado ningún detalle. Ya Vicente Salaberry, periodista inquieto por la cosa popular, ha publicado en «La Razón» un extenso reportaje. Se va fomentando la expectativa, y esa noche en la sala del «Royal» actuarán
para la prensa y autoridades. Están presentes el Jefe Político, Sr. Sampognaro; el Sr. Oficial 1ro. de la Jefatura, Antonio Sanguinetti; los críticos teatrales Cyro Scoseria, «Bebón» Blixen, Eduardo Dualde, Ulises Favaro, Ángel Méndez, Julián Nogueira, y los Sres. Enrique y Roberto Aubriot, Dr. Penco y E.
Antuña. La cosa empezó a las seis y media y terminó a las ocho y media.
El día del debut no cabía un alfiler en el Teatro «Royal». Con precisión cronométrica. Empieza el dúo con La Pastora, de Salinas y sigue Razzano con una
de aquellas cifras suyas; vuelve Gardel con El Pangaré… El público delira de entusiasmo; realmente está en presencia de algo excepcional. Y ya entonces se
oye por primera vez el grito que sería clásico y que vendría a señalar el comienzo de una etapa nueva:
-¡¡Cantate otra, Carlitos!! El público lo ha hecho su amigo y lo tutea y lo aclama como a un ídolo.
Es la una y pico de la madrugada y todavía no se han desocupado las localidades del teatro. En su camarín Carlos Gardel está llorando cuando entra Barca a felicitarlo.
-Hermano Barca, -musita apenas, ahogado por la emocióntodo…todo esto te lo debo a vos…
Así fue el debut de Gardel en Montevideo, lo que importa mucho, porque señaló su primer gran paso, decisivo hacia la celebridad. Ya no se detendría más.
Así se apagó el eco de aquel grito de guerra nacido en los bodegones de la orilla, cediendo al que señalaría el ocaso del payador, el advenimiento del
cantor: «¡¡Cantate otra, Carlitos!!».-
El Diario «La Razón» de Montevideo del 17 de junio de 1915 informa:
Se destaca los registros de barítono y tenor de Carlos Gardel y José Razzano, respectivamente, como así también una breve, pero importante referencia a la personalidad de ellos. La confianza en sus voces es la mejor carta de presentación del dúo y la opinión que le produce al reportero queda reflejada bajo
el subtítulo de «El alma criolla».
En este artículo los entrevistados revelan un dato interesante que está en franca oposición con la «Historia Oficial». Allí se menciona que ellos, Gardel y
Razzano se conocían de la infancia. La historia que nos contaron informa que los integrantes del dúo se conocieron en 1911. Fecha muy oportuna para
fusionar en una sola persona a Carlos Y Charles Romuald. Recordemos que Carlos era mayor aproximadamente 6 años.
Por último, cabe recordar que los cantores se presentaron vestidos de smoking, dato no menos valioso, teniendo en cuenta que las actuaciones son de 1915,
lo cual demuestra la importancia que otorgaban los cantores a la elegancia en el vestir para presentarse ante el público uruguayo.
El libro de Peluso y Visconti; «Gardel y la Prensa Mundial» intenta compilar recortes de prensa sobre el cantor. El que mencionamos anteriormente se
encuentra publicado, así como el de la edición del 2 de julio de 1915 del diario «El Día» de Montevideo, donde además de destacar el éxito logrado por Gardel-Razzano, se realiza una perfecta diferenciación entre las voces de cada uno de ellos.
Sin embargo, el libro que hemos referenciado, que trata de reflejar opiniones y reportajes de la vida artística de Gardel, NO INCLUYE EL ARTICULO DEL DIARIO «EL TIEMPO» DE MONTEVIDEO, es llamativo… es que este artículo menciona la nacionalidad de los artistas. Obviamente este punto se contrapone con los intereses de la falsa historia del Gardel francés. El Diario «El Tiempo», del 24 de junio, al hacer la crónica del acto, se refiere al dúo como »los jóvenes compatriotas». Es que nadie dudaba de la nacionalidad de ambos, que por entonces estaban muy lejos de ser famosos.
– Este hecho tiene una explicación muy simple: María A. Netto Escayola, PRIMA de Gardel y CONOCEDORA DE SU ORIGEN VERDADERO, era esposa de quien fuera dueño y director de dicho diario, el Doctor Domingo Mendilaharzu. Es evidente que María Netto Escayola conocía muy bien la historia de
vida de Gardel. Dadas las circunstancias, este hecho puede ser considerado un testimonio inapelable, máxime que Gardel era entonces un desconocido en
materia artística (recién casi dos años más tarde se edita su primer tango, («Mi noche triste»).
Nadie podía imaginar entonces que su nacionalidad pudiera dar lugar a polémica alguna.»
Fuentes: Crónicas de Julio Cesar Puppo «El Hachero» y del Dr. Nelson Sica Dell´Isola. Próxima Semana: 1917: Mi noche triste, el invento del Tango Canción.