DOCUMENTOS DE LA ÉPOCA
Ayer martes se cumplieron 48 años del histórico 9 de febrero de 1973, que aún sigue dividiendo aguas a diestra y siniestra.
«Los mandos militares conjuntos del Ejército y la Fuerza Aérea, ante la crisis que afecta al país y a los efectos de despejar hasta la última duda que pueda existir en el espíritu de todos los uruguayos sobre las causas que la han ocasionado, sienten el deber moral de informar lo siguiente…». Así empezaba
el Comunicado Nº 4, al que más tarde se agregaría el Nº7, emitido el 9 de febrero de 1973, hace ya casi medio siglo.
Antesala del golpe de Estado para unos, golpe de Estado para otros, una posible brecha al interior de las Fuerzas Armadas posible de ensanchar por el campo popular, demagogia simple… ninguna interpretación ha estado ajena durante este casi medio siglo, y las acusaciones cruzan de uno a otro extremo del
espectro político.
«Porque nos parece, en general, positivo el documento de las Fuerzas Armadas (complementado por el comunicado 7/73) sin perjuicio de determinadas salvedades que, como siempre, expondremos con la máxima franqueza con que hemos señalado en diversas ocasiones actitudes incorrectas de integrantes de las Fuerzas Armadas», señalaba el diario El Popular, órgano del Partido Comunista, en su editorial del domingo 11 de febrero, dos días después de emitidos los
comunicados de las Fuerzas Armadas. «¿Qué posición tenemos? ¿Qué posición tiene el Partido Nacional en la crisis político-militar que se está desarrollando?», comenzaba preguntando el entonces senador Wilson Ferreira Aldunate en su audición radial del 13 de febrero. «Miremos a nuestro alrededor y ordenemos los hechos. ¿O es que los orientales vamos a seguir mintiéndonos, tomando los deseos por realidades y arropándonos con grandes y vacías palabras?», expresaba Carlos Quijano, en el editorial del semanario Marcha publicado el viernes 16 de febrero, titulado La era de los militares.
«Hace un siglo Uruguay entraba a la etapa histórica que fue conocida por el ‘período militarista’’’, señalaba unos días antes, el 31 de enero de 1973, el senador colorado Amílcar Vasconcellos, en su «Carta al pueblo uruguayo», en la que agregaba a continuación: «Estos días han resurgido, y no por mera coincidencia, panegiristas entusiastas de Latorre. Naturalmente el país está entrando nuevamente a otro ‘período militarista’’’.
Ya el año anterior, en un discurso pronunciado el 29 de abril de 1972, el presidente del Frente Amplio, Gral. Líber Seregni, alertaba sobre el agravamiento de
la situación del país, la persistencia de las Medidas Prontas de Seguridad, y la declaración del estado de guerra interno.
«Los comandantes en jefe del Ejército, Fuerza Aérea y Armada, así como los mandos de la Policía […] entienden de su deber informar a la opinión pública que: 1º) Las operaciones militares desarrolladas en los días precedentes y que fueron motivadas por los sucesos de público conocimiento, han llegado a un término feliz…», comenzaba el comunicado Nº 13, emitido el 13 de febrero, y que parecía dar inicio al final de esta historia… sin embargo, recién comenzaba.
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