Considerando los recientes hechos acaecidos en Villa Ansina, da para meditar su jerarquía y qué representan para el resto de la sociedad. Al ser varios los acontecimientos que convergen en vandalismo. Me refiero a lo ocurrido en la Plaza homónima.
Ir a destruir porque sí. Donde la locura del alcoholismo y sin dejar de lado las drogas, dan lugar a la destrucción consumada: la única explicación, donde la razón falla, si es que la hay.
Ahora, pregunto, esos individuos, independientemente de sus edades ¿harían lo mismo en sus hogares, si es que los tienen?
¿Les puede pasar por sus pequeños cerebros qué dirán en sus casas y el resto de la comunidad, donde se suponen que residen? ¿Pensaron en algún momento por qué y para qué lo hacían? Estimo que es el resultado deletéreo que inducen la drogadicción y esas mentes, no piensan.
Ahora bien, quienes actuaron, evidentemente son de la zona. Además, tuvieron los medios suficientes para hacerse de los beverages. Seguido de un hecho más grave, la acción no debe haber sido en silencio y en pueblo chico, se sabe quiénes son, más allá de la hora en que actuaron. Si alguien calla, también es cómplice.
Las consideraciones respecto al deterioro social y a las drogas está presente, es indudable.
Por otro lado, tarde o temprano aparecerán los sujetos ejecutores y promotores. Surgiendo la pregunta ¿el pueblo no reclamará por el daño gratuito recibido? ¿la justicia se hará cargo? ¿Cuáles serán las consecuencias? ¿No es dable pensar que los involucrados devuelvan el bien público a su propio costo? Ya que si tuvieron capacidad para obtener lo que ingirieron, también podrán hacerlo y a la luz pública, restaurando la imagen de un prócer de nuestra nacionalidad que destruyen sin motivo alguno, ¿o está relacionado al color de la piel?
Carlos Sarroca CI 1790 459-8