En esta etapa, el autor de este trabajo se torna protagonista del proceso de reivindicación del Teatro, primero por la calidad de Edil Departamental y posteriormente en la condición de Presidente de la Fundación Carlos Gardel.
Me entero en 1986 en forma extraoficial, que el propietario del inmueble se encuentra en tratativas con el Banco Hipotecario para la transformación del inmueble en edificio de viviendas en propiedad horizontal al igual que otros contados bienes de la ciudad, como ejemplo muy claro el de la esquina próxima en la intersección de 25 de Mayo y Joaquín Suarez, futuro edificio Valentín.
Esa negociación con el Banco Hipotecario del Uruguay para hacer un edificio, implicaría la desaparición definitiva del Teatro.
Al enterarme, en mi condición de Edil hago una propuesta a través de la media hora previa, solicitando a la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación declare urgentemente «Monumento Histórico Nacional».
La intervención de la Comisión de Patrimonio
Fue fundamental. En algo más de un año se declaró monumento y se bloqueó el negocio con el BHU, ejemplo claro de la incidencia de la Junta Departamental.
Estuvimos en un riesgo de perder todo, se había previsto un edificio de siete pisos, al estilo del edificio Valentín, era el momento de predios bien ubicados frente a la plaza y levantar edificios, como empezaron a hacerse en Montevideo, en tantos lugares, incluso varios en la ciudad vieja.
De ahí nos seguimos moviendo, vinieron de la Comisión, ahí yo les dije: «esto está por salir hay un negocio con el BHU, el hombre quiere vender y vender». Por eso la declaración salió tan rápido. También integrantes de la Comisión ratificaron por otras vías que el bien se negociaba.
Con ese fin de preservar es que hemos pasado todos los años luchando, hicimos los contactos con el Ejecutivo, con el Ministerio de Educación y Cultura, en aquel entonces estaba el Dr. Guillermo García Costa, lográndose se declarara la necesidad de su expropiación por ley de 1991 y después el Poder Ejecutivo también resolvió urgente su ocupación.
Cuando se va a iniciar la expropiación en el ámbito nacional se constató el destino de dineros en la gestión anterior de la Ministra Adela Reta para compras de otros edificios, pero para el Teatro Escayola no lo había, entonces eso quedó bloqueado. En virtud de la ley de monumentos históricos nacionales, el propietario puede solicitar se defina la expropiación; que se inicie el proceso y posterior adquisición o sino que caiga la declaración de monumento histórico nacional. Ese derecho está previsto, es un procedimiento en favor del propietario, puede exigir le paguen el valor o sino que caiga la declaración; fue el abogado Mario Núñez Castrillón quien llevó el trámite en nombre de Guillermo Rego. Finalmente la declaración cae pues el Ministerio informa la imposibilidad de adquirirlo.
La declaración patrimonial departamental
Estaba presidiendo la Fundación Carlos Gardel, cuando urgentemente recurro a la protección de la esfera municipal. Me conecto con el Intendente Dr. Eber da Rosa, me manda hablar con el abogado Dr. Juan Antonio Otegui y ahí se envía el proyecto de declaración al órgano legislativo.
Ahora es la Junta Departamental quien declara monumento histórico departamental al edificio y lo volvemos a salvar. Siempre hemos corrido con el riesgo, pues los propietarios mantenían la postura de vender.
Posteriormente, en tratativas directas por el Intendente Wilson Ezquerra, comienzan las propietarias pidiendo cuatrocientos mil dólares y desde ahí se procura los asesoramientos con Catastro, me contacté con el Jefe de la Oficina Ingeniero Daniel Gravina y me dice «lo que puedo tasar son ochenta mil dólares», hizo contactos en Montevideo a ver si podía subir, llegó a ciento veinte mil dólares más treinta mil que se debían de contribución, llegaba a ciento cincuenta mil y el Intendente había tenido dos o tres reuniones con los herederos, manteniéndose estancadas las negociaciones.
Fui hablar nuevamente con el Intendente, le conté toda esta historia y fue cuando le dije, acá no hay otro camino que la expropiación, porque esta gente quiere alquilar o vender, si aparece un inversor el riesgo está, porque están apareciendo inversores de todos lados. A esta altura de los acontecimientos se ve en otros departamentos y se percibe ese panorama, era una época buena para las inversiones inmobiliarias.