A medida que vamos cumpliendo años, la renovación celular se ralentiza y las células muertas pueden ocasionar acné, una tez apagada y sin vida y una textura irregular. Las buenas noticias son que, con una rutina de exfoliación adecuada, tanto del rostro como del cuerpo, podemos eliminar de manera segura y efectiva todas esas impurezas y restaurar su brillo saludable y natural.
La exfoliación ayuda a iluminar el cutis, mejorar la textura de la piel y ayuda a prevenir la obstrucción de los poros, las manchas de acné, los puntos negros y los puntos blancos. Además, ayuda a estimular la síntesis de colágeno para mejorar la integridad de la piel y mantenerla con un aspecto terso y joven.
Precauciones al exfoliar la piel
Hay que tener especial cuidado con los productos utilizados, así como los principios activos de su formulación, para realizar la exfoliación ya que no todos son adecuados para los distintos tipos de piel. Un exfoliante demasiado agresivo puede causar lesiones en la superficie de la piel. De este modo, comprometemos la barrera protectora cutánea permitiendo entrar bacterias en ella y, como resultado, la aparición de irritación, enrojecimiento, inflamación e, incluso, cicatrices.
En cuanto a la frecuencia con la que debes exfoliar la piel y la cantidad de productos exfoliantes que puede usar a la vez, dependerá del tipo de piel y de los otros principios activos que incluyas en la rutina. Para las personas que comienzan lo ideal es usar un producto más suave, una o dos veces por semana.
Por último, los exfoliantes químicos solo deben dejarse actuar durante el tiempo que recomiende el envase, mientras que los exfoliantes físicos no deben usarse más de un par de minutos.
Consejos para exfoliar el rostro
En primer lugar, asegúrate de saber cuál es tu tipo de piel para escoger el producto adecuado. Esto es crucial para no dañar el rostro. En caso de tener una piel sensible, lo ideal es optar por exfoliantes suaves con un bajo porcentaje de alfa-hidroxiácidos (AHA) o beta-hidroxiácidos (BHA). Por su parte, para las pieles secas la mejor opción es el exfoliante químico para evitar la fricción en la piel.
En el caso de las pieles acneicas, no se recomienda exfoliar con un exfoliante físico, ya que podría empeorar la patología.
Una vez elegido el producto, hay que aplicarlo correctamente. Si apuestas por un exfoliante químico, siempre sigue las instrucciones del envase. Como norma general, utiliza una pequeña cantidad de producto y aplícalo sobre la piel limpia, con pequeños y suaves movimientos circu-lares. Déjalo actuar el tiempo requerido, según el fabricante, y retíralo con agua tibia. Si, por el contrario, has optado por un exfoliante físico, es mejor aplicarlo en la ducha ya que el calor y la humedad del agua abre los poros ayudando al proceso de exfoliación y eliminación de las células muertas. Reparte el producto por todo el rostro y trabájalo en movimientos circulares, suaves y ascendentes.
Después, asegúrate de enjuagar bien el producto y luego seca la piel con una toalla limpia. Por último, aplica una crema hidratante.
Consejos para una exfoliación corporal
Una vez que tu cara haya sido exfoliada, baja por tu cuerpo en consecuencia, aplicando la misma técnica. Es importante tener en cuenta que la piel de nuestra cara y cuello es mucho más frágil y delicada que la del resto del cuerpo. Por tanto, la mayoría de las personas necesitan dos exfoliantes diferentes. Presta especial atención a los talones, los codos y las rodillas ya que, generalmente, tienen una mayor acumulación de células muertas que otras zonas del cuerpo. Además, los codos, las rodillas y los pies tienen una piel más gruesa, por lo que pueden soportar una exfoliación más gruesa.