Messi fue muy marcado y Argentina lo sintió. El Golero de Arabia fue la figura del partido.
Sorpresa es la palabra que más se repite a lo largo del mundo al comentar el partido en que Argentina cayó derrotada por Arabia por 2 goles a 1.
El primer tiempo de la Selección argentina invitaba a pensar en una goleada, con el gol de penal –dudoso para muchos– de Lionel Messi y los tres anulados por el VAR semiautomático. Pero ya el arranque del segundo tiempo cambió la historia del partido y una historia de más de una veintena de partidos invictos de la selección que dirige Scaloni y que venía manteniendo desde el año pasado. Primero fue Saleh Al-Shehri el que con un zurdazo vulneró una valla que «Dibu» Martínez venía manteniendo invicta desde hace muchos partidos; y minutos después llegó el segundo gol de los Halcones Verdes, ningún argentino pudo sacar la pelota del área, y Salem Al-Dawsari, en una jugada individual, desparramando rivales, la clavó en el ángulo para el 2-1 que sería definitivo.
Fueron ocho minutos decisivos para que Arabia diera el primer batacazo del Mundial 2022, en la primera fecha del Grupo C que también integran México y Polonia.
Después, una Argentina desdibujada, sin ideas, con un Messi muy bien controlado, una actuación brillante del guardameta Mohammed Al-Owais que fue la figura del partido, y un equipo árabe que supo trabajar en conjunto y hasta el cansancio para mantener la diferencia en el score. Los dirigidos por Scaloni empujaron pero más a ritmo personal que colectivo y no les dio.
Sorpresa también en las tribunas, desazón en el país vecino, y alegría sin fin para los jugadores y parciales de Arabia, que festejaron largamente en el campo de juego, y seguramente en cada ciudad de ese país asiático