Edgardo Rodríguez – Diputado Frente Amplio
Desde ya agradecido a “El Avisador” por brindarnos este espacio para volcar en él, alguna información y opinión acerca de temas, que al menos nosotros, consideramos de interés para la ciudadanía.
En estos días se está discutiendo y aprobando la Rendición de Cuentas del Gobierno Nacional. Entre los muchos temas que se abordan, está lo referido a las políticas de vivienda y hábitat.
En ese marco, se hicieron presentes todos los integrantes del equipo del Ministerio de Vivienda y entre los múltiples aspectos que atiende esta cartera, hoy nos centraremos en el tema asentamientos.
ANTES LES DECÍAN “CANTEGRILES”
Desde que tenemos memoria existen los asentamientos . Era más común la expresión “cantegril” , autodenominación que les daban los habitantes de esos lugares, como forma de reírse un poco de sí mismos cuando se comparaban con el “Cantegril Contry Club“ de Punta del Este.
Pero fue a partir de la dictadura militar y en los años 80 y 90, donde la migración de habitantes del interior en busca de trabajo, primero en Montevideo y Canelones y luego en Maldonado, sumado a la migración interna en las ciudades, donde muchísimas familias fueron expulsadas de las zonas más céntricas y con servicios, provocó zonas con asentamientos de enormes dimensiones, compuestos por familias de escasos recursos que sobrevivieron como pudieron.
No les fue fácil instalarse en lugares inhóspitos, sin los servicios y tener que ir armando el rancho como pudieran. Así se fue consolidando una situación no programada, no planificada ni tampoco atendida por los gobiernos de entonces.
Fue Jorge Batlle, (la anécdota cuenta que habría sido a raíz de una discusión con Sanguinetti sobre la pertinencia del gasto en la torre de Antel), quien gestionó el crédito del BID, con 100 millones de dólares, para comenzar con lo que fue el PIAI y que hoy se conoce como Plan de Mejoramiento de Barrios y que es el programa que atiende a la regularización de los asentamientos.
Los últimos estudios hablan de unos 580 asentamientos en todo el país.
REGULARIZAR
¿En qué consiste? Consiste en dotar al lugar de redes de saneamiento, de pavimento y cordón cuneta, de alumbrado público, lograr que cada casa tenga su baño y las habitaciones mínimas necesarias. Se pueden regularizar asentamientos que estén en terrenos del Estado y que a la vez estos no sean contaminados ni inundables.
Vean ustedes que es una tarea enorme, con un costo igual de grande y donde los procesos, trámites y gestiones son engorrosos y lentos. Aún así, desde 2005 a finales del 2017 se han regularizado alrededor de 100 asentamientos en todo el país, atendiendo a 10.519 hogares; las obras en curso atenderán a la situación de otros 2487 hogares y hay proyectos para atender a otros 5.998.
Son números fuertes, es muchísimo lo que se ha invertido y conviene aclarar que no sólo participa el Programa de Mejoramiento de Barrios (ex PIAI), sino que intervienen las Intendencias (que tienen un rol principalísimo, entre otras cosas definiendo en qué asentamientos se interviene), otras áreas del Ministerio de Vivienda (complementando con fondos para viviendas o realojos) y diversos organismos, entre ellos OSE y UTE.
El 80 % de los asentamientos están en Montevideo y Canelones. Es donde se han generado las situaciones de mayor volumen y complejidad. Provocando problemas para los propios habitantes en primer lugar, pero también de convivencia y seguridad.
Pero el resto del país, también tiene sus problemas en materia de asentamientos. Y a veces tenemos la impresión que arreglamos uno y aparecen dos.
LA PREVENCIÓN
La población se mueve en función de contar con trabajo y de que los hijos puedan estudiar y de que los servicios de salud les queden a mano. Así es claro que miles y miles de familias abandonaron el interior y se fueron a la zona metropolitana y crearon, por falta de previsión y de atención de los gobiernos de turno, problemáticas muy complejas. Es claro también que, en nuestro departamento, las familias han dejado los pueblos más chicos de nuestro interior y las zonas rurales, para venirse a nuestra ciudad. Esos movimientos de población deben ser previstos y deben contar con la atención de las autoridades nacionales y departamentales, para prevenir, para no dejar que se formen asentamientos y brindar a las familias posibilidades de asentarse en un terreno que pueda ser parte de la ciudad y con los servicios.
Es altamente probable que se haga una gran obra en Paso de los Toros. Es probable que un número importante de familias de distintos lugares del país, piensen en venirse al centro en busca de una oportunidad. Es por eso que , actualmente, tanto autoridades nacionales como departamentales y locales, están trabajando en esa dirección, en la dirección de ordenar la presencia de familias, evitando que se instalen en lugares inadecuados.
Y esa debería ser la puntería siempre. El ordenamiento territorial (una política que se ha instalado en los años de gobierno progresista) es clave, por que permite planificar.
En nuestro departamento, hemos solucionado algunas situaciones. Asentamientos como La Isla, hoy soy barrios como cualquier otro. Y en la misma dirección van el San Gabriel, Los Molles y La Calera, entre otros. Pero no podemos desconocer que se han generado zonas donde la gente vive muy mal y donde no cuenta con lo mínimo indispensable (en Paso de los Toros en zonas inundables o al lado de la ruta), en Sauce Sólo, en el Santa Isabel, detrás del INIA, por mencionar los que resultan más visibles.
Ni hablemos de la necesidad de combatir las prácticas que han tenido algunos candidatos (luego intendentes o Alcaldes), en el sentido de fomentar la instalación de familias en zonas inadecuadas, dándoles un par de chapas y algunos bloques. Así se han armado también algunos asentamientos.
El Uruguay y nuestro Tacuarembó pueden y deben ser tierras donde cada familia viva decorosamente. Donde cada familia tenga su techo, su vivienda con las dimensiones adecuadas para evitar el hacinamiento, donde cada familia viva integrada a otras, en su barrio e integradas siendo parte de la ciudad.
Es un objetivo posible, pero requiere seguir con la política de Estado que se ha instalado y , sobretodo, requiere, planificación y brindar a las familias de escasos recursos ( y no hablamos sólo de indigentes o muy pobres), hablamos muy especialmente de familias trabajadoras de ingresos bajos, un terreno adecuado y con los servicios, que hagan de esa zona , una parte de la ciudad y no algo separado y marginal.