La España pedigüeña, incapaz de resolver por sí misma sus problemas y necesitada de la millonada de los fondos extranjeros, ya se ve con toda claridad
en la película de Berlanga, ‘Bienvenido Mister Marshall’, que no es cosa de hoy, sino un deseo ancestral y permanente de que los demás consigan satisfacer los
deseos del Gobierno, cuesten lo que cuesten, sin pensar que ese dinero habrá que devolverlo, si efectivamente nos lo dan.
O quedaremos permanentemente endeudados con los países europeos más ricos, o más previsores, que supieron guardarlo de tiempos mejores, y ahora pensamos que tendrán de sobra no sólo para ellos, sino también para que nosotros nos lo gastemos alegremente.
Esa visión ensimismada de que los demás van a hacer lo que nosotros queramos, y el correspondiente batacazo posterior, se ven nítidamente reflejados en la película, un montón de años antes, anticipando lo que es más probable que nos suceda con los presupuestos recién aprobados.
Todo el que quiera saber lo que va a pasar, lo tiene a mano gracias a la maestría clarividente de Berlanga, además de un rato muy divertido al volver a ver la
película.
Xus D Madrid Palamós (Girona)