La acumulación de varios días sin lluvias en buena parte del territorio nacional, que incide de diverso modo según el rubro productivo que se considere, depara una noticia buena y otra no tanta para los consumidores de productos frutihortícolas, en un escenario en el que, al menos a corto plazo, no hay que esperar situaciones de alto estrés en el mercado.
Dejando de lado a los productos que para desarrollarlos el granjero posee la tecnología de riego (aunque con el paso de los días eso también se afecta, dado que las fuentes de agua se van agotando), un suministro
insuficiente de agua se traduce principalmente en frutos de menor calibre, lo que no es del agrado del consumidor.
Incluso, admitió Diego Romero, técnico del áreaDesarrollo Comercial en el Mercado Modelo, mucha gente está dispuesta a pagar un poco más cuando encuentra en los puestos de venta por ejemplo manzanas y peras de buen tamaño, tratándose de dos rubros que actualmente tienen un precio al consumidor mayor al que suele haber en plena zafra, aunque no muy por encima del considerado normal para la época.
El calibre menor al habitual se observa también en rubros como zapallo, calabacín y cebolla, por
ejemplo.
Romero aclaró a El Observador que un calibre menor en una manzana o en una pera no significa que la calidad de la fruta disminuya.
En momentos en los que el agua escasea en las quintas, las frutas que se obtienen son de menor tamaño y con base en eso concentran los niveles de azúcar, por lo tanto en estos días se encuentran melones, uvas, ciruelas,
duraznos y hasta las últimas sandías con un sabor muy agradable, obteniéndose a buenos precios frutas que en otros veranos, más llovedores, tienen un mayor porcentaje de agua y el contenido de azúcar se diluye.
Producción de cebolla en un área con riego. En caso de persistir el tiempo seco –se aguardan lluvias para mediados y/o fines de la semana que viene–, puede haber algunas dificultades en el
nivel de abasto al mercado de las denominadas hortalizas de hoja, cuya producción sin el suministro ideal de agua se enlentece y en el habitual escalonamiento de los ciclos productivos puede generarse algún
desfasaje que, de dar lugar a una caída notoria en la oferta, se puede traducir en alguna suba de precios. Podría llegar a suceder en acelgas, espinacas, lechugas y rubros similares.
Romero puntualizó que en estos días hay un ingreso de mercadería de buen nivel, con los señalados ajustes de calibre en algunos rubros, “pero nada grave”, con precios que son en la enorme mayoría de los casos los habituales y cuando sucede alguna suba no es de alto impacto.
Finalmente, otro aspecto positivo cuando hay un escenario de déficit hídrico es que prácticamente desaparecen los perjuicios que generan la proliferación de hongos, típico problema sanitario que sucede cuando se combinan altas temperaturas con elevados niveles de humedad. Pero, a la vez, a veces hay que invertir más en corregir
con riego artificial la ausencia de lluvias