Cómo lo viven dos protagonistas de la fiesta de Momo
«Hay carnaval. Las murgas y las comparsas van a estar siempre, porque están en el alma y en el corazón»
Periodista, comunicador, recitador, presentador por excelencia. Desde hace 36 años es el presentador del concurso oficial de agrupaciones del Carnaval de
Tacuarembó. Habló con El Avisador en este tiempo tan particular, signado por la pandemia del Covid-19, que nos ha quitado y limitado en tantos aspectos. Uno de ellos es la Fiesta Popular uruguaya: el Carnaval.
¿Cómo se vive el carnaval sin carnaval?
—En este Carnaval sin carnaval se unen dos cosas, lo emocional y lo laboral. Mi actividad era remunerada y este año no estará. La experiencia de este
carnaval sin carnaval es importantísima, hay dos planos que analizo. Uno es la situación sanitaria que determina que no se realice el carnaval presencial,
en segundo plano queda la posibilidad de una presencia virtual; hay tecnología, se puede hacer.
El jurado podría estar vía zoom, presenciando una agrupación que está lejos. Esa murga o comparsa tiene que tener un escenario con su escenografía, podría ponerse el traje del año pasado, pero es algo que nunca lo debe hacer. Sería una actuación sin el público lo cual perdería esa conexión única, donde hay un
lenguaje sociológico, la risa, la emoción. El Carnaval es arte y el público es fundamental».
¿Qué dice la murga? Volveremos. Nunca es un adiós, un final, siempre regresa cada año. El carnaval se lleva en el alma, y no se puede no hablar de él,
no sentirlo aunque este año no se realice un corso o el concurso oficial. Podemos recuperar en nuestra alma el carnaval, pero lo económico que genera esta
fiesta se pierde. ¿Cómo vive usted la presentación de cada agrupación que participa en el concurso oficial?
—Para presentar a cada agrupación la tengo que conocer, saber quiénes son, de dónde vienen. Siempre he tenido vinculación con el carnaval. Salí en
murga, acompañé a mis hijos que salieron en murgas, y a través de ellos he podido conocer.
He llegado a muchos ensayos, me han invitado los responsables de las agrupaciones. Me interesa conocer desde un punto de vista sociológico a cada conjunto carnavalero. Es importante conocer a los individuos, conociéndolos se conoce a la comunidad. Me informo sobre muchas cosas para la presentación, pero
la mayor información la obtengo de su repertorio, qué dicen sus canciones, sus poemas, saber si los poetas son ellos mismos.
¿Ha escrito para alguna agrupación? Porque en su rol de periodista, recitador, componer letras es parte de su ser…
—Sí, he escrito para la comparsa La Juntadera. Tengo presentaciones y retiradas escritas que evocan la filosofía del carnaval.
¿También su tarea consiste en la presentación de los corsos?
—La diferencia entre la presentación en el escenario y un corso consiste en que en el escenario primero hay que animar al que está por subir, esperando que digan su nombre con un universo de interrogantes; y lo segundo es decirle al público lo que viene , que se prepare para nuevas sensaciones con los artistas que salen a escena. En el corso es diferente hay que acompañar con la voz, describir, brindar la información de lo que el público está mirando ¿Qué le dice al público en este carnaval sin carnaval?
—Les digo que hay carnaval, las murgas y las comparsas van a estar siempre, porque están en el alma y en el corazón. Es la fiesta popular con más arraigo
en el público. En la mueca del murguista más allá de la palabra, es un gesto que dice, que transmite dolor, angustia, alegrías pero sobre todo transmite esperanza. Llevar la murga en el alma –como dicen muchas letras murguistas– es sentirse vivo, compartiendo con la comunidad, con su barrio, con su familia, con sus amigos la vida.