Sabemos que no siempre logramos incluir frutas y verduras en el día a día. Muchas veces nos resultan difíciles de preparar, no sabemos qué hacer con ellos o se nos dificulta conseguirlos frescos y en precio. Si te pasa algo parecido, acá te dejamos algunas sugerencias sobre cómo organizarte para conseguirlos.
· Planificá. Una de las claves para cualquier tarea que te propongas hacer es poder planificarla previamente, para que hacerla sea más fácil. Por ejemplo, podés armar un plan de menú para la semana o para algunos días junto a otros miembros de tu hogar. Es muy útil para tener una guía, esos días que no sabés qué cocinar. Los platos elegidos tienen que ser ricas y prácticas y contener la mayor variedad de vegetales posible. Anotá la idea o receta y si no sabés cómo hacerla, hay un montón de recetarios online, videos y libros que seguramente te puedan orientar.
· Hacé las compras. Comprá vegetales y frutas. El tenerlos a disposición nos ayuda a consumirlos más. Para encontrar precios más convenientes y mayor variedad, te sugerimos adquirir los alimentos en mercados, puestos o ferias o de los mismos productores. Si tenés un pedacito de tierra, ¡animate a plantar!
· Elegí vegetales y frutas de estación: son más frescos, ricos y económicos. Para orientarte podés consultar la «lisa inteligente» que publica el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Son publicaciones quincenales con una selección de vegetales y frutas «en óptimas condiciones de sabor, valor nutricional y precio». Los podés encontrar en este link: https://www.listainteligente.uy
· Ponele vegetales y/o frutas a todo. Hay muchas comidas que habitualmente hacemos que podrían tener mucha mayor cantidad de vegetales y frutas que las que solemos usar (o directamente ni usamos). Por ejemplo, poné zanahoria rallada y mucho tomate fresco al tuco, espinaca picada a tus croquetas de arroz y usá puré de calabaza y zanahoria para el tradicional pastel de carne. Si vas a preparar panes, tortas o galletitas, rallale manzana, pera, zanahoria, ponele algo de puré de boniato o zapallo, agregá banana pisada. Le aportan aroma, sabor, color y humedad a tus comidas.
· Adelantá tarea. Dejá vegetales lavados y cortados para usar el día siguiente. Congelá en porciones como la acelga o espinaca ya hervidas. Lo mismo puede hacerse con la zanahoria, el brócoli, o el coliflor. Picá cebolla y morrón y congelá. Prepará más comida de la que vas a comer en ese momento. Demoras lo mismo y podés congelar o guardar en heladera para resolver la vianda o la próxima comida, vale repetir.
· Compartí la cocina. Te recomendamos compartir la responsabilidad de cocinar con quienes compartes tu hogar, para que nadie se vea sobrecargada/o. Si además de distribuirse la tarea, la comparten, mucho mejor. Cuando la cocina huele rico es un clima excelente para el fortalecimiento de vínculos con familia o amigos.
· Disfrutá el momento de cocinar. Las tareas que generalmente podemos sostener son aquellas que disfrutamos. Por ello, te invitamos a dejarte seducir por los sabores, colores y aromas de la cocina, sus historias y relatos. Que cocinar no sea un momento perdido del día, sino una oportunidad más para el disfrute.