Según el portal que lleva la Johns Hopkins University la pandemia superó 1,5 millones de personas contagiadas y
se traduce día a día en miles de muertes. Todo indica que se va a seguir contagiando gran parte de la población mundial y testigos somos ya de cómo impacta en la economía: en la oferta (producción de bienes y servicios) y en la demanda (consumo e inversión).
Según la Organización Internacional de Empleadores y la Confederación Sindical Internacional, se
trata de un desafío internacional y de tal talante debe ser la respuesta. En este orden y, sin dejar reconocer el rol de las entidades financieras, admitieron que la OIT y la OMS forman el eje de orientación para gestionar esta pandemia e identificar las soluciones.
La OIT por su parte estima que el coronavirus borrará un 6,7% de las horas de trabajo a nivel global durante el segundo trimestre, el equivalente del empleo a tiempo completo de 195 millones de trabajadores; previó una caída global de ingresos entre US$ 860 millones y US$ 3.440 millones y señala cuán adverso resultará esto a la actividad empresarial y a la capacidad de recuperación que puedan tener los países. Mientras, estos últimos se abocan a encontrar respuestas rápidas a fin de mitigar el daño en dos frentes: la salud de la población y la
economía.
Tomando como base las normas internacionales de trabajo, la OIT recomendó una batería de políticas orientadas a cuidar tres pilares:
1. La protección de los trabajadores en el lugar de trabajo.
• Fortalecimiento de las medidas en materia de SST.
• Adaptación de acuerdos laborales.
• Prevención de la discriminación y la exclusión.
• Acceso a servicios sanitarios de toda la población.
• Ampliación del derecho a bajas remuneradas.
2. El fomento de la actividad económica y demanda de mano de obra.
• Promoción de una política fiscal eficaz.
• Aplicación de políticas monetarias flexibles.
• Apoyo financiero y de concesión de préstamos a sectores específicos, en particular el sanitario.
3. El apoyo al empleo y mantenimiento de ingresos.
• Ampliación de la protección social a toda la población.
• Conservación del empleo; reducción del horario, bajas remuneradas, subsidios.
• Ayudas financieras y reducciones fiscales para las Pymes.
Desde el terreno, vale contrastar esa hoja de ruta con las medidas que el gobierno viene adoptando desde el pasado viernes 13 y valúa en un costo total de US$ 400 millones.
Sin duda, el foco que capta mayor atención es la creación del «Fondo Coronavirus» con miras a cubrir las necesidades de esta emergencia sanitaria; se proyecta con un monto inicial de US$ 20m provenientes del aporte
de funcionarios públicos, cargos políticos, partidas del Parlamento y ganancias de organismos públicos que podrían llegar a US$ 105millones. Pero, además, se tomaron otras medidas.
PARA LA PROTECCIÓN DE LOS TRABAJADORES EN EL LUGAR DE TRABAJO
• Se exhortó al distanciamiento social, el fomento del teletrabajo y la cuarentena obligatoria para personas expuestas al virus;
• El COVID-19 fue reconocida como enfermedad profesional, se formularon protocolos para el personal de la salud y los médicos -sin excepción- tendrán cobertura de seguro;
• Los Hospitales de Salto, Tacuarembó y Español de Montevideo pasaron a ser centros de atención especializados;
• Se aplican correctivos para avanzar hacia la meta de 1000 test por día;
• Se instrumentaron medidas específicas para prevenir casos de violencia de género e intrafamiliar;
• Se activó una App para apoyar potenciales infectados y asistir a los enfermos;
• Se aprobó una ley de telemedicina;
• Se acordaron protocolos para empresas de la construcción y frigoríficos;
• Se acondicionan instalaciones para dar refugio a personas en situación de calle;
PARA EL FOMENTO DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA Y LA DEMANDA DE MANO DE OBRA
• El BROU ofrecerá a las Pymes una línea de crédito blanda de US$ 50 millones y se aspira que alcance los 125millones;
• Respaldo desde el Sistema Nacional de Garantías por un monto de hasta US$ 2.500 millones para préstamos a Pymes y la exoneración del 70% de los costos por comisiones;
• La ANDE asumió micro y pequeñas empresas afectadas como beneficiarias de créditos cuyo destino sea capital de trabajo y les subsidiará la tasa de interés que cobran Instituciones de microfinanzas; también se suspendieron los plazos por 30 días renovables;
• El Banco Central autorizará a las instituciones de crédito a que extiendan los plazos de vencimiento de los créditos al sector no financiero hasta 180 días;
• El BPS prorrogó el pago de aportes patronales para «monotributistas, unipersonales y sociedades personales -Industria y Comercio-; un 60% en cuotas y el resto lo subsidia el Estado
• Se difirió el pago del IVA mínimo (Literal E) de marzo y abril; 67.000 empresas -unipersonales, monotributistas o sociedades de hasta 2 personas- recibirán préstamos de ANDE.
Para el apoyo al empleo y al mantenimiento de ingresos
• Se flexibilizó el seguro de paro en todos los sectores por: reducción de horario o períodos menores a un mes;
• El Mides duplicó el monto de la Tarjeta Social que reciben 87.000 hogares; a su vez 300.000 y trabajadores informales recibirán canasta de alimentos y les otorgará una contribución por 2 meses a monotributistas;
• Se creó un subsidio de enfermedad para que trabajadores del sector privado mayores de 65 años puedan quedarse en casa; régimen éste obligatorio para el sector público. Continuar en esta senda significará persistir
con nuevas medidas, mejorar otras y entender que la travesía que queda por delante seguirá pidiendo a todos: «sangre, sudor y lágrimas». No obstante, habrá un «día después» para disfrutar el cese del fuego y encarar la
reactivación; instancia en la que se deberá tener en claro que los procesos de digitalización en la organización del trabajo serán irreversibles; se habrá consolidado en las empresas un nuevo modelo de negocios y asegurar empleo a la población requerirá políticas focalizadas para incluir trabajadores con déficits en esas calificaciones.
El Pais