Por estos días, toda la política del Cono Sur americano está conmovida por los hechos de corrupción en Brasil y Argentina. Pasaron 200 años en nuestra América después de la colonización, en donde robar era un deber para la Corona española y portuguesa.
Edil Nacionalista Jorge Rodríguez.
En esta época, la primera década y media del 2000 se han robado los Estados, han arrasado las arcas públicas y sobre todo han sometido al más preciado de los valores republicanos, al tembladeral sin fin.
La República, como concepto máximo de convivencia, orden público y jurídico, ya fue arrasada en Venezuela y en Argentina con sabia reflexión de su pueblo, logró cambiar el timón y volver al orden republicano, pero sangra el pueblo argentino sus consecuencias. Hoy, Brasil, es la gran noticia, una noticia que no trata de esclarecer sino todo lo contrario, trata de igualar, la corrupción con la corrupción misma y permítame que la corrupción es siempre un hecho deleznable y catastrófico para todos los pueblos del mundo.
“La clase política de Brasil, en su amplia mayoría demostró estar afectada por la corrupción, esto es innegable. Se dejó coimear por empresarios o lo que es peor aún, estimuló a estos a esas prácticas.
“Lo de Argentina, más allá de la corrupción, es traición a la patria, es crimen contra el Estado, el peor delito que puede cometer un ciudadano.
¡La era de los K, intervino y anuló todos los sistemas de control que tiene una república, para que se respete el derecho y la convivencia de igualdad ante la ley”, dijo.
Las instituciones de control como la AFI (DGI en Uruguay) solo sirvieron para perseguir y hostigar a opositores de los Kirchneristas. Lo mismo pasó con todos los controles de Aduanas, el Ministerio Público Fiscal, la policía y la Suprema Corte de Justicia.
Todos los organismos que deberían controlar se convirtieron en organismos amigos o fueron abolidos, como la Oficina Anticorrupción de la Nación. Por diez años el Senado argentino no existió, era apenas el brazo ejecutor de aspecto jurídico del proceso K.
La réplica, casi exacta del proceso bolivariano en Venezuela, que el pueblo logró desestimar con su voto en elecciones libres.
En Brasil, la República muestra su fortaleza, como nunca antes, la justicia, jueces y fiscales, actúan con firmeza ante cualquier amenaza del sistema político. La Policía Federal brasilera es un ejemplo de apego a las normas y al sistema republicano, nadie tiene coronita. Para los funcionarios infieles, la prisión es el paso inmediato, basta con nombrar a AecioNeves, a Cunha y otros.
Debo advertir, que la situación de Uruguay es muy parecida a la Argentina Kirchnerista que al Brasil de Temer. Alcanza con ver, quien dirige el Ministerio del Interior, la Fiscalía General de la Nación y un Legislativo tomado por mayorías que su única preocupación es aplaudir mediante proyectos de ley lo que determina la fuerza política.
Como en Argentina Sr. Presidente, es vergonzoso que el Presidente del Senado sea un hombre que mintió descaradamente a la ciudadanía, que dilapidó 2000 millones de dólares en su paso por ANCAP.
Si esto pasara en Brasil, este señor ya estaba preso.
Quiero dejar bien en claro, que no queden dudas, nosotros vamos por el camino de Argentina, la Argentina de los K. Ojalá fuéramos por el camino de Brasil, donde la República es la patria entera y quien ose desafiarla paga inmediatamente las consecuencias.