Es fundamental no utilizar productos cosméticos una vez que han caducado, así como no se recomienda cambiarlos de envases ni mezclarlos. Las recomendaciones de buenas prácticas de uso de los productos cosméticos son una gran ayuda para nuestro cuidado.
1. Leer siempre el etiquetado
Una buena práctica para los productos cosméticos es leer siempre el etiquetado del que vamos a utilizar. Asimismo, también se debe consultar el modo de empleo y prestar especial atención a todas las advertencias y precauciones que vienen indicadas.
De esta forma, nos estaremos informando de los componentes que contienen ese producto y evitaremos, por ejemplo, reacciones adversas de ciertas sustancias a las que sabemos que tenemos una alergia.
2. Utiliza el producto para el fin para el que se ha fabricado
El segundo punto del decálogo de las buenas prácticas de los productos cosméticos está bastante claro. No se deben utilizar los productos cosméticos para un fin que no esté previsto por el fabricante. De este modo, no debemos, por ejemplo, utilizar una crema de manos para tratar de hidratar la piel de la cara.
3. Respeta las fechas de caducidad y el plazo después de la apertura
Es fundamental no utilizar productos cosméticos una vez que han caducado, o después de la fecha máxima que soporta un producto tras haber sido abierto. La razón de ello es que las moléculas, pasado cierto tiempo, pueden modificar su estructura química. La humedad del ambiente o la luz son condiciones que hacen que reaccionen químicamente y se conviertan en otras moléculas distintas.
4. Conserva los productos adecuadamente
Similar al punto anterior, es fundamental guardar adecuadamente los productos cosméticos -evitando la exposición a temperaturas extremas y a la luz solar directa-, así como mantener limpios y bien cerrados los recipientes de los cosméticos. De no hacerlo, la composición del producto puede modificarse y producir los mismos efectos que ocurrirían en los productos caducados.
5. Lavarse las manos antes de utilizar el producto cosmético
Este hábito es fundamental para evitar tanto infecciones como reacciones indeseadas en la zona donde utilicemos el producto. Las manos están llenas de microorganismos y de suciedad.
En caso de no tener una buena higiene, transportaremos todas estas sustancias a la zona donde apliquemos el producto. Las consecuencias pueden ser una infección de la piel o una reacción alérgica del tipo de las dermatitis.
6. No compartas los productos que puedan estar en contacto con fluidos
Algunos productos cosméticos, como los lápices de ojos o los pintalabios, están en contacto con fluidos de nuestro cuerpo. Al compartirlos, estaríamos en contacto con os fluidos de otras personas. Los fluidos compartidos suponen una posibilidad para la transmisión de enfermedades.
7. No mezcles productos ni añadas sustancias adicionales al producto inicial
Muchas personas modifican la composición inicial de los productos cosméticos, ya que piensan que pueden obtener un efecto más marcado o más beneficioso. Este hábito es erróneo y puede provocar efectos indeseados en el consumidor.
8. Evitar el trasvase de los productos no destinado por el fabricante.
Los envases de los productos cosméticos están fabricados de una forma específica para garantizar la buena conservación del mismo. Trasvasar un producto a otro envase no garantizará esta conservación, lo que puede provocar una modificación del contenido del mismo.
9. Desechar los productos que no sean reutilizables
Hay algunos dispensadores comunitarios que no son reutilizables. Si la fabricación del recipiente ya especifica desde sus inicios que no puede volver a emplearse, entonces se deben desechar una vez se ha consumido el contenido.
10. Tirar aquellos productos que tengan mal aspecto
Cuando vamos a utilizar un producto cosmético que tenga alguna alteración en su color, olor o consistencia, debemos tirarlo y no utilizarlo. Puede estar dañado y nos puede irritar la zona en la que lo vayamos a aplicar.