«No es realista» que la COVID-19 desaparezca en los próximos meses y volver a la «vieja realidad» no será posible en un futuro cercano, advirtieron los expertos de la agencia de la salud de la ONU, quienes pidieron a los líderes mundiales mensajes claros que promuevan la confianza de los ciudadanos y no al contrario, así como acciones integrales de salud pública. No importa dónde se encuentre un país en su curva epidémica, nunca es demasiado tarde para tomar medidas
decisivas, aseguraron.
El domingo pasado, 230.000 casos de COVID-19 fueron reportados a la Organización Mundial de la Salud, casi el 80% de esos casos fueron reportados de solo 10 países, y el 50% provienen de solo dos países.
«Permítanme decir sin rodeos, demasiados países se dirigen en la dirección equivocada», aseguró el director de la Organización.
Tedros Adhanom Gebreyesus afirmó que el virus sigue siendo el enemigo público número uno, pero las acciones de muchos Gobiernos y personas no reflejan esto. «El único objetivo del virus es encontrar personas para infectar. Los mensajes mixtos de los líderes están socavando el ingrediente más crítico de cualquier
respuesta: la confianza», dijo. Si los Gobiernos no se comunican claramente con sus ciudadanos y desarrollan una estrategia integral centrada en suprimir la transmisión y salvar vidas; si las poblaciones no siguen los principios básicos de salud pública como el distanciamiento físico, el lavado de manos, el uso de
mascarillas, el protocolo de la tos o la regla de quedarse en casa cuando están enfermos; si no se siguen los principios básicos, «solo hay una forma de que esta pandemia vaya a funcionar: Va a ponerse peor, y peor y peor», advirtió Tedros.
El director recordó una vez más que cada líder, cada gobierno y cada persona pueden hacer su parte para romper las cadenas de transmisión y poner fin al sufrimiento colectivo.
«No es realista» que la COVID-19 desaparezca en los próximos meses Los expertos de la Organización además advirtieron que «no es realista» pensar que el coronavirus desaparecerá en los próximos meses incluso aunque se logre una vacuna. Michael Ryan y Maria Van Kerhove aseguraron
que, en muchos países de las Américas, que sigue siendo el epicentro de la pandemia con el 50% de los casos hasta ahora, «va a llevar tiempo» controlar la COVID-19 y va a requerir un «enorme compromiso» de los Gobiernos y de la población.
No habrá retorno a la vieja normalidad en el futuro previsible Tedros se sumó a sus expertos en decir que aunque todos esperan una vacuna efectiva, hay
que centrarse en utilizar las herramientas que ya existen para suprimir la transmisión y salvar vidas.
«Necesitamos llegar a una situación sostenible en la que tengamos un control adecuado de este virus sin cerrar nuestras vidas por completo, ni darnos
vueltas de un encierro a otro; que tiene un impacto enormemente perjudicial en las sociedades», aseguró el director.
«Quiero ser sincero con ustedes: no habrá retorno a la «vieja normalidad» en el futuro previsible. Pero hay una hoja de ruta hacia una situación
en la que podemos controlar la enfermedad y continuar con nuestras vidas», explicó.
Tedros afirmó que lograr esto requerirá tres cosas: 1. Una estrategia para reducir la mortalidad y suprimir la transmisión. 2. Una comunidad
empoderada y comprometida que toma medidas de comportamiento individual en interés de los demás. 3. Un liderazgo gubernamental fuerte y la
coordinación de estrategias integrales que se comuniquen de manera clara y consistente. «Se puede hacer. Debe hacerse. Lo he dicho antes y lo seguiré diciendo: No importa dónde se encuentre un país en su curva epidémica, nunca es demasiado tarde para tomar medidas decisivas», reiteró Tedros.
El director de la OMS aseguró que se debe acelerar la ciencia lo más rápido posible, encontrar soluciones conjuntas para la COVID-19 y, a través
de la solidaridad, construir una respuesta global coherente. «Ciencia, soluciones y solidaridad», concluyó.
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