Expone: Diputada Susana Montaner (Partido Colorado).
Diversas países se han sumado a la convocatoria del Paro Internacional de Mujeres a realizarse en el día de hoy, entre ellos Alemania, Australia, Brasil, Chile, Corea del Sur, Costa Rica, Ecuador, Escocia, España, Honduras, Irlanda, Irlanda del Norte, Israel, Italia, México, Nicaragua, Perú, Polonia, Rusia, Salvador, Suecia, Turquía y Uruguay.
El Paro Internacional de Mujeres (PIM) es un movimiento formado por mujeres de diferentes partes del mundo que nació a fines de octubre del año 2016 “como respuesta a la actual violencia social, legal, política, moral y verbal experimentada por las mujeres actuales en diversas latitudes”. Colectivos como ’Ni una menos’ en Latinoamérica o la Women’s March estadounidense, lideran esta protesta feminista. “Si nuestras vidas no valen, ¡produzcan sin nosotras!”
Como dijimos, nuestro país no se mantuvo ajeno a la convocatoria para este primer paro internacional y junto a las organizaciones internacionales, diversas agrupaciones locales: sociales, académicas, profesionales y sindicales se sumaron a la lista de las reivindicaciones formuladas que, por citar algunas, abarcan violencia de género, brecha laboral, trabajo no remunerado, participación política, derechos sexuales y reproductivos, feminicidio…
En los reclamos quedan en evidencia cifras que nos preocupan y nos preocupan mucho.
En Uruguay en los dos primeros meses del año se cometieron 8 feminicidios; el año pasado 24 mujeres fueron víctimas de homicidio por parte de sus pareja o ex parejas; el 97% de esos homicidios ocurrieron en el seno mismo el hogar, porque el agresor espera a que la víctima esté en su casa para matarla; en el 38% de los feminicidios cometidos en el 2016, el agresor vivía con la mujer cuando la mató, pero en el 25% de los casos nunca habían convivido; en enero del 2017 se mataron más mujeres que en enero del 2016; 7 de cada 10 mujeres padecen violencia de género; en el 2016 hubo más de 25.000 denuncias; la brecha salarial entre mujeres y hombres es del 26%; el 65% del trabajo de las mujeres es no remunerado en comparación con el 32 % de los hombres; 12 mujeres mueren por día en América Latina…
Muchos son los datos que nos llegan y preocupan…
Pero hoy, en este día de convocatoria quisiera poner nombre a esos números. Sólo algunos nombres, no todos seguramente, pero en ellos expresamos el dolor, la bronca, la impotencia y la frustración por haberles fallado.
Así lo sentimos.
El lunes 16 de enero en Cerro Largo, Nelly Barboza (73 años) fue ultimada por su pareja, quien le disparó y luego se suicidó; el lunes 23, Xilara Ramos, una joven madre de apenas 17 años, muere por una bala perdida cuando tomaba mate en el fondo de su casa junto a su pareja y suegro; el domingo 29 en Colonia, Lucielle Martins, otra joven mujer de 25 años, oriunda de Artigas, madre de un pequeño niño, luego de coincidir en un baile con su ex pareja y discutir con él, es asesinada; el lunes 30 en el Penal de Libertad, un preso mata durante el horario de visita a su mujer, Lorene Acosta, porque esta se negaba a continuar con la relación y luego se ahorca; el lunes 30 en Montevideo, Valeria Lorena Sosa Olivera, de 29 años, fue asesinada por su ex pareja, un policía, que le dispara con su arma de reglamento frente a sus dos pequeños hijos, cuya custodia luego se disputan sus abuelos; el domingo 6 de febrero, en Montevideo, un hombre de 45 años mató a su mujer, Carmen Ritzel, de 42 años en un asentamiento de la zona del Complejo Verdisol; el domingo 19 en Florida, aparece el cuerpo de Manuela Stabile de 21 años, madre de un bebé de 9 meses, su pareja la había denunciado como desaparecida, sin embargo la asesinó junto a su cuñado; el martes 21 otra mujer María Florencia Torriani Molin, tenía 35 años, aparece muerta cerca del arroyo Miguelete en el Barrio Lavalleja, presentaba cinco heridas de arma blanca en la cabeza, tres de estas en el rostro…
Parecería que hoy solo vemos números fríos que alimentan estadísticas y hablamos de cuántas murieron, cuántas fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas, cuántas en realidad murieron víctimas de la violencia que hoy aqueja a nuestra sociedad, cuántas… cuántas… Muchas sin duda! Demasiadas! Ninguna debió morir así, sin duda. Y a los números nos vamos acostumbrando.
Pero no son números, son personas, son mujeres, son madres, son hijas, son nuestras nietas que dejan hijos huérfanos es Nelly, es Xilara, es Lucielle; es Lorene, es Valeria, es Carmen, es Manuela, es María Florencia y es Karen… de 18 años que, si bien felizmente logró sobrevivir al ataque de su ex pareja de 22 años, que luego de atacarla se quitó la vida, recibió tres disparos y durante 20 días estuvo en el CTI entre la vida y la muerta. Es Karen que si bien, por suerte hoy podrá criar a su hijo de apenas un año, vivirá el resto de su vida con una bala alojada en su cuerpo y el terror de lo vivido en su mente…
Son mujeres que tuvieron rostro, cuerpo, alma, vida.. y ganas y el DERECHO de vivir sus vidas, como quisieran o como pudieran…
Mujeres que dejaron hijos, mujeres que tienen madres que las lloran
Mujeres a las que nosotros, la sociedad, no supimos protegerlas.
Apoyo esta marcha y entiendo el paro del día de hoy como un llamado de atención, de alerta, de reclamo… lo entiendo como un grito de una sociedad que llora a sus hijas, pero no me conformo sólo con eso.
Tenemos que hacer más. Porque estamos fallando como sociedad
Sin duda estamos llenos de estadísticas sobre muertes y de teorías sobre la violencia, de estudios psicológicos sobre la personalidad de los victimarios y de las víctimas, de conceptos y doctrinas jurídicas sobre si corresponde o no tipificar el feminicidio o agravar las penas. Si hoy día hasta discutimos si existe o no sinonimia entre los términos femicidio y feminicidio!!! … y mientras tanto las mujeres siguen siendo asesinadas.
Creamos leyes, aumentamos las penas, colocamos tobilleras, implementamos refugios, creamos la comisaría de la mujer, oficinas de atención a las víctimas… pero no somos eficientes. No pudimos impedir esas muertes…las mujeres siguen siendo asesinadas por machos cada vez más violentos pero menos hombres, porque el hombre que se precie de tal valora a la mujer como su igual y la respeta.
Sin duda el sistema falla, los procesos fallan y el Estado no está dando garantías a las mujeres ya que no es capaz de asegurar las condiciones de seguridad para sus vidas en la comunidad, en el hogar, en el lugar de trabajo, en la vía pública o en lugares de ocio…
Y en lo personal creo que fallamos en la educación, en la crianza, no estamos educando en valores…. porque la igualdad y el respeto a la vida propia y ajena no son otras cosas que valores…
Vivimos en sociedad donde no sólo el yogurt y el refresco son light. Parecería que el concepto mismo de respeto a la vida se tornó light.
Por eso, en este mes de la mujer nuestro pensamiento se dirige a recordar a todas las mujeres asesinadas en el marco de la violencia doméstica y social en la que vivimos, debemos sentir que Nelly, Xilara, Lucielle, Lorene, Valeria, Carmen, Manuela, María Florencia no son sólo números que engrosan las estadísticas, fueron mujeres a las que la sociedad toda le falló. Fueron vidas que perdimos y deberíamos bregar, en su nombre y en el de todas las mujeres asesinadas, por la crianza de nuestros niños.
Por buenas prácticas de crianza, porque sino educamos a estas futuras generaciones en valores, difícilmente la sociedad -enferma ya de violencia y cada vez más pobre en valores- halle su cura.