Ante la incierta situación de la no presencialidad en la educación y los problemas que ha desatado en algunas regiones del país a raíz de
los déficits de conexión a internet, clubes deportivos, sociales y hasta organizaciones políticas decidieron tomar cartas en el asunto para
ayudar.
Al norte del país, en la ciudad de Rivera, el Club Social y Deportivo Frontera Rivera Chico es un club popular con sede en
la avenida Cuaró, la principal del barrio que lleva el mismo nombre que la institución. Frontera es el resultado de la fusión de dos clubes del barrio, el
Rivera Chico que era un Club Social, y Frontera, el cuadro de fútbol del barrio, ambos nacidos a principio del siglo pasado, y fusionados en el año 1973.
José Sandin, presidente de Frontera, contó a La Mañana que «es un club de un barrio que es el más populoso de Rivera,
y la gente tiene un gran sentido de pertenencia. El club pasó a formar parte de la idiosincrasia de la gente, donde se puede sentir el cariño de la hinchada por los colores del ‘rojo de la Cuaró’ como es conocido, y eso se demuestra en cada partido o actividad deportiva, se siente el apoyo de la gente, lo que nos motiva a seguir trabajando».
Un club de barrio al servicio de los vecinos
«Tenemos una actividad muy grande, hay fútbol infantil, tenemos un gimnasio de musculación, cancha de fútbol cinco, en
el salón del club se hacen actividades de danza, zumba, jiu-jitsu, y también grupos que juegan al ajedrez o a las cartas», contó Sandin.
Desafortunadamente, la pandemia frenó toda la actividad que solían tener, y ahora el club está prácticamente cerrado, «pero de todas maneras mantenemos algún tipo de actividad dentro de lo posible, como la cantina que permanece abierta con los protocolos correspondientes».
El presidente aseguró que «la Comisión Directiva del club está integrada por gente que somos todos del barrio, que amamos la institución, y siempre tuvimos esa visión del club de puertas abiertas a la gente del barrio y apoyando actividades sociales».
En la sede social se reúnen las comisiones de barrio y cooperativas de viviendas, «intentamos darle a la gente un lugar donde reunirse. Y ahora,
viendo las dificultades que existen de que muchos niños, jóvenes y adultos no tienen acceso a internet, tuvimos el interés de poner a disposición a aquellos que lo necesiten que puedan usar los amplios espacios que tenemos, que permiten respetar todos los protocolos exigidos».
«Además contamos con un rincón cultural en el club donde tenemos una pequeña biblioteca, y un lugar adecuado para que los estudiantes puedan sentarse a leer o estudiar. Ni bien surgió la idea pusimos el club a disposición de la gente, y ya lo han utilizado varias personas», relató.
Además, con el inicio de la campaña de vacunación, Frontera ofreció a COMERI, una mutualista del barrio, poner a disposición los salones si
la situación lo ameritara.
«La semana pasada recibimos a personal de la salud por lo cual el club probablemente pasaremos a ofrecer ese otro servicio a la comunidad.
En este tipo de situaciones no tenemos otra opción que intentar dar una respuesta desde nuestro lugar», concluyó Sandin.
* La Mañana (extracto)