«Esto claramente refleja que las pautas salariales impulsadas fueron, en la abrumadora mayoría de los casos, consideradas más beneficiosas por los empresarios que por los trabajadores», señalan desde el Instituto Cuesta Duarte.
Para el Instituto Cuesta Duarte (ICUDU) los datos presentados por el presidente Luis Lacalle la semana pasada en el marco de su mensaje a la Asamblea General tras cumplir el segundo año de su mandato, «dan cuenta de un relato de crecimiento económico y recuperación post crisis que no es claro, ni está asegurado de qué forma derramará hacia las grandes mayorías».
En uno de los tramos de su análisis publicado por el portal del PIT-CNT, se hace mención al capítulo de los salarios, que el mandatario omitió en su discurso.
«En los dos años que van de gobierno el poder de compra de los salarios cayó en forma generalizada, alcanzando en promedio una disminución de 3,1% acumulada. De esta manera, el salario no solamente disminuyó su poder de compra en el año 2020 sino que también volvió a caer en 2021, en el marco de una economía en crecimiento», apunta el ICUDU.
Respecto a la futura evolución salarial, Laca-lle sostuvo que este año habrá un proceso de recuperación el poder adquisitivo, pero para los analistas de Cuesta Duarte «es altamente improbable que la recuperación se vaya a iniciar efectivamente durante este año».
«En concreto, si la inflación se sigue ubicando por encima del 7% como ha sucedido en prácticamente todo el período de la actual administración, la mayoría de los trabajadores privados y públicos no tendrá crecimiento de salario real este año; y el inicio de la recuperación quedará postergado para 2023», alertan.
Asimismo, advierten que incluso de cumplirse el compromiso del gobierno de que al final del quinquenio se vuelve al nivel del salario real vigente al inicio del período, «los trabajadores a lo largo de todo el proceso habrán tenido una pérdida de bienestar que no se recupera».
En este sentido, el Cuesta Duarte asegura que posponer la recuperación salarial en un escenario de crecimiento económico incrementa la pérdida en la medida en que se prolonga el período en que los ingresos se ubican por debajo de su nivel de comienzos de 2020.
De cumplirse las proyecciones del gobierno, «en estos 5 años habremos asistido a un proceso de concentración del ingreso en la medida en que reducirá la participación de la masa salarial (esto es, de los trabajadores) en el ingreso nacional. Este proceso de fuerte concentración ya se aprecia, por ejemplo, en el crecimiento récord de los recursos acumulados en las cuentas bancarias de mayor magnitud, tanto en el sistema bancario local co-mo en los depósitos de uruguayos en el exterior».
Para el ICUDU, esta orientación se reflejó en la mayoría de las resoluciones adoptadas en la 9ª Ronda de Consejos de Salarios.
«Es preciso señalar que, en la mayoría de las resoluciones con acuerdo entre las partes, el Poder Ejecutivo no acompañó dichas resoluciones en la medida en que no estaban en sin-tonía con los lineamien-tos presentados y por ende, con la política salarial del gobierno», aclara.
«En 33 mesas de negociación en que no se pudo llegar a acuerdo de las partes sociales y se resolvió por votación dividida, en 29 de ellas se fue con el voto conjunto de la delegación empresarial y el gobierno, mientras que en solamente cuatro mesas la resolución se tomó con el voto favorable de la delegación trabajadora junto al Poder Ejecutivo. Esto claramente refleja que las pautas salariales impulsadas fueron, en la abrumadora mayoría de los casos, consideradas más beneficiosas por los empresarios que por los trabajadores», concluye el análisis.
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