Montevideo, 2 jul (Sputnik).- El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, dijo este jueves, luego de recibir la presidencia pro témpore del Mercado Común del
Sur (Mercosur), que ese bloque no tiene por qué elegir entre EEUU y China.
«No podemos caer en la falsa dicotomía de estar más cerca de uno que del otro; los países que han triunfado en su desarrollo han estado cerca de los dos: cerca de EEUU y cerca de China», dijo Lacalle Pou en conferencia de prensa.
El mandatario señaló que en meses pasados mantuvo una conversación con el secretario de Estado de EEUU (canciller), Mike Pompeo, para realizar un tratado de libre comercio con ese país; sin embargo, indicó que su Gobierno no ha obtenido respuesta.
«Por otro lado, tenemos que reimpulsar el diálogo con China, este país ha manifestado una y otra vez formalmente la vocación de profundizar las relaciones con el Mercosur; creo que hay una especie de omisión de nuestro bloque de responder adecuadamente esta formalidad, nosotros tenemos una convicción
de que este fortalecimiento será para el bien de la región», agregó.
El Mercosur está conformado por Uruguay, Paraguay, Brasil, Argentina y Venezuela (actualmente suspendido). Señaló que América del Sur se distingue por
ser la región «productora de alimentos» en el mundo y que China necesitará cada vez más una gran cantidad y calidad de ellos.
«Esta región, que tiene vocación de alimentar al resto del mundo, tiene una preciosa oportunidad», reflexionó.
Uruguay asumió este jueves la presidencia pro témpore del Mercosur, cargo rotativo que previamente ejerció Paraguay y que se extiende por seis meses.
EEUU inició una guerra comercial contra China en junio de 2018 subiendo los aranceles a los productos de ese país con el pretexto de equilibrar una balanza comercial negativa.
En enero pasado, los dos países firmaron la primera parte de un acuerdo comercial llamado Fase Uno que suspendió la guerra comercial.
Pekín se comprometió a importar productos agrícolas estadounidenses por 50.000 millones de dólares anuales y otros bienes del país norteamericano por un total de 200.000 millones durante los próximos dos años, a cambio de la abolición de los aranceles impuestos a los productos chinos.
Además, ambos países acordaron proteger las patentes, particularmente de los medicamentos, y prohibir los productos falsificados y la apropiación indebida de secretos comerciales.