El colectivo Ni todo está perdido, creado en la Facultad de Ciencias Sociales, apunta a mejorar las condiciones de las personas en situación de calle.
Ni todo está Perdido (NITEP) es un colec tivo autogestionado compuesto por personas en situación de calle. Surgió en el marco de una estrategia de intervención dentro de la propia Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la Universidad de la República (Udelar) en 2018, junto al apoyo de un grupo de trabajo integrado por distintas unidades temáticas y URBANO -Centro cultural del Ministerio de Educación y Cultura (MEC).
Cuenta de forma estable con más de 20 personas que han generado la estrategia de comunicación y el logotipo, la metodología de asamblea y diversas acciones conjuntas con organizaciones de la sociedad civil en pos de la autonomía y autogestión para ser considerados como sujetos de derecho y denunciar las violencias a las que se enfrentan cotidianamente, señalaron los docentes.
El grupo está integrado por los docentes Leticia Pérez, Sebastián Aguiar, Walter Ferreira, Marcelo Rossal, Sofia Lans, Cecilia Etchebehere, Laura Zapata, Diego Castrillejo, Sandra Leopold, Martín González Echaniz, Tacuabé González, Fiorella Ciapessoni, Natalia Montealegre, Dulcinea Cardozo, Gerardo Sarachu, Itzel
Ibargoyen, y Alejandro Guevara.
Emergencia sanitaria Según explicaron los docentes, en la coyuntura actual generada por el Covid-19, el colectivo trabaja en «La Casa» (Intendencia de Montevideo) con actividades, talleres, asambleas, «trincheras», donaciones, ropería, cocina y ollas populares bajo un protocolo riguroso de funcionamiento para
la prevención de contagios. Los horarios son de lunes a viernes de 10 a 14 horas y algunos sábados con un equipo estable con una propuesta socio-educativa
centrada en el respeto, empatía y solidaridad.
La desprotección y vulnerabilidades que presenta esta población se hacen aún más evidentes cuando la iniciativa «Quédate en casa» como estrategia para evitar el contagio por coronavirus, «es directamente imposible» para quienes habitan el espacio público o los centros nocturnos para personas en situación de calle.
Los docentes explicaron que estas personas presentan además un mayor deterioro de la salud (problemas cardíacos, trastornos osteomusculares, digestivos, respiratorios), una alta prevalencia de enfermedades infecto-contagiosas (por ejemplo, la tuberculosis) y mayores riesgos de contraer enfermedades pulmonares.
Así la mayor vulnerabilidad y su exposición diaria en los espacios públicos convierten el coronavirus en una amenaza adicional a su salud física y bienestar en general.
A esto se suman otras cuestiones como la incertidumbre y la falta de información, la ausencia de soluciones y recursos específicos pertinentes a la situación de emergencia que se vive, y que logren dar respuesta a las necesidades particulares. La falta de lugares para higienizarse e ir al baño durante el día, lavar la ropa,
contar con alcohol en gel o tapabocas, dispositivos donde puedan estar y permanecer para protegerse del frío, evitar el contagio, comer algo, resguardarse siguiendo los requerimientos sanitarios necesarios son más que urgentes y necesarios.
Por estos motivos, el colectivo propone «la creación de espacios que oficien como dispositivos de acogida donde las personas puedan protegerse, higienizarse, comer algo, relajarse y no estar expuestas al contagio o a contagiar, así como a la lluvia o a que la policía les desplace de los lugares que frecuentan», señalaron. Se coordinó la colaboración de sindicatos y organizaciones sociales que contaran con algún espacio que se pueda habitar durante el día (entre las 9 y las 18 horas) con fines sanitarios, de prevención y de protección. Asimismo, resultan necesarios equipos referentes para organizar los espacios, orientar y generar propuestas considerando los requerimientos sanitarios.
Señalaron que hasta el momento desde el gobierno la estrategia ha sido ampliar los cupos en centros 24 horas, destinados principalmente a la población
en riesgo (mayor de 65 años y que presenten enfermedades previas). También se crearon dos centros adicionales para personas contagiadas de Covid-19.
Para los docentes, de acuerdo a las vulnerabilidades de salud que presenta población en calle de menos edad se hace necesario la implementación de otros
espacios amplios, con personal especializado, que cuenten con los recursos y un protocolo sanitario que cuide a las personas en situación de calle y a quienes trabajan con dicha población con funcionamiento durante el día mientras los centros nocturnos permanecen cerrados entre las 9 y las 18 horas, con fines sanitarios y de protección. Otro punto no menor hasta el momento olvidado en la estrategia política es la falta de lugares de contención para personas en situación de calle con problemas de consumo problemático de sustancias, quienes presentan mayores riesgos bio-psicosociales.
Desde fines 2019, la FCS lleva a cabo un acuerdo de trabajo con la Intendencia de Montevideo, a partir del cual esta última contribuye con «La Casa», que funciona como un espacio diurno para personas en situación de calle. El equipo de trabajo de orientación que se conformó en la sala de informática de FCS
trabaja en dicho dispositivo e integra, además, el equipo interdisciplinar conformado por docentes de la Facultad de Ciencias Sociales, la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, la Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio que componen el proyecto de Trayectorias integrales
«Desigualdades y conflictos en relación a la situación de calle».
Este equipo persigue el objetivo de posicionar la problemática de personas en situación de calle como tema relevante en la agenda de enseñanza, investigación y extensión universitaria, contribuyendo a su comprensión y abordaje a partir del diseño de una trayectoria de formación que pretende potenciar la articulación de las tres funciones universitarias, con énfasis en el desarrollo de actividades de extensión, concluyeron.