Hay ciertas creencias en nuestra sociedad que ni tan solo cuestionamos.
Pequeñas leyendas urbanas que todos hemos acabado creyendo pero que muchas veces no son verdad y que gracias a la ciencia se van desmontando. ¿Cuántos de estos falsos mitos habías oído y te habías creído?
«Comer más de tres huevos a la semana es malo»
Todos hemos oído que comer demasiados huevos es malo porque contienen mucho colesterol. Pero aunque no lo creas, comer un huevo cada día es saludable. Es cierto que la yema contiene colesterol pero sin repercusión negativa en la salud. De hecho, en 2018 se publicó un estudio que afirma que comer un huevo al día puede reducir el riesgo a sufrir un infarto o un ictus.
«La leche engorda»
La leche no engorda. De hecho aporta numerosos nutrientes en un contenido calórico muy limitado. Solo el 3,5% de la leche entera es materia grasa, el 1,8% en la semidesnatada y el 0,8% en la desnatada. Según un estudio de la Fundación Española de Nutrición en un vaso de leche encontramos hidratos, potasio, fósforo, calcio -pocos alimentos pueden competir con la cantidad y calidad del calcio de la leche- , y una interesante lista de vitaminas, entre ellas A, B1, B3, B6, B12, C, D, E, H y K.
«Beber agua antes o durante el ejercicio provoca puntada»
Es otro mito. No está demostrado que la «puntada», ese dolor tan molesto, esté directamente relacionado con el hecho de beber agua antes o mientras haces deporte. Tampoco es un dolor que provenga del estómago. Aunque la causa del flato se desconoce, este dolor agudo proviene del diafragma y los otros músculos respiratorios.
«Los huevos marrones son más sanos que los blancos»
La verdad es que solo se diferencian en el color de la cáscara. Eso es debido al tipo de gallina. Hay quien pone huevos blancos y otras huevos colorados. Pero no hay más diferencia (ni en el sabor ni en nada). Si en alguna ocasión notas que la yema es de otro color es por la alimentación de la gallina no por el color del huevo.
«Las bacterias de los alimentos mueren en el congelador»
La verdad es que no. Aunque la temperatura del congelador esté a -18ºC las bacterias no mueren. Es como si invernaran y al descongelarse volvieran a la carga.
«Una copa de vino al día es saludable»
No hay ningún estudio científico que lo corrobore. Y por supuesto no hay que hacer caso a esta recomendación si padeces diabetes, hepatitis, hipertensión, gastritis, insuficiencia renal, enfermedades cardiovasculares… Uno de los beneficios del vino es que aporta polifenoles y otros componentes antioxidantes. Prueba a comer uva directamente. Es mucho más saludable.
«Los productos integrales tienen menos calorías»
También es falso. Los productos integrales concentran mayor cantidad de fibra. Así, una barra de pan blanco y otra integral contienen las mismas calorías pero la barra integral ayudará (gracias a la fibra) a mejorar el tránsito intestinal y además sacia mucho más.
«Hacer crujir los dedos de las manos puede producir artritis»
Hay mucha gente que tiene la manía de hacer crujir los nudillos (u otras articulaciones). ¿Pero de dónde viene el ruido?. Pues bien son burbujitas de gas que se acumulan en la bolsa sinuvial que hace de cojinete de la articulación y cuando te mueves «explotan». Aunque no provoca artritis muchos fisioterapeutas lo desaconsejan (si tienes el hábito de hacerlo) para no forzar los tendones y ligamentos.
«Comer mucha zanahoria mejora la vista»
Falso. La zanahoria no mejora la visión, es decir, no corregirá tus dioptrías. Lo que sí es cierto es que contiene betacaroteno un compuesto químico que, una vez ingerido, transformamos en vitamina A que mejora la salud ocular.
No se sabe exactamente por qué pero hay ciertos mitos (lo que hoy serían fake news) que se imponen en la vida cotidiana de la gente y forman parte de un imaginario colectivo. Además hoy por hoy es muy fácil que algo falso se presente como verdadero. Sobre todo en internet y aún más si se hace viral.
Helena Encinas