«Estamos presenciando una absoluta crisis económica y humanitaria» en Uruguay, advirtió el embajador norteamericano en Montevideo
El Ministro de Defensa fue informado que un avión de la Armada uruguaya había detectado 19 buques pescando ilegalmente en aguas uruguayas, a la altura del Chuy, su primera orden fue que se enviara un barco de inmediato para frenar la situación y detener a los responsables. La orden
no pudo ser cumplida porque cualquier alistamiento en un buque de la Armada, debido a su mal estado, requiere de al menos 12 horas, tiempo más que suficiente para que dichos pesqueros se retiraren de las aguas uruguayas.
La crítica situación llevó a García a admitir ante el Parlamento que «todos los días» pesqueros ilegales «roban millones y millones de dólares» de las aguas uruguayas porque el rol policial de la Armada es prácticamente nulo, según ha definido su comandante en jefe, Jorge Wilson; un estudio de la institución señala que el 6% del producto bruto interno de Uruguay corresponde a actividades del mar, entre las que se incluye la pesca.
Merluza, atún, calamar, pescadilla, corvina, decenas de especies cuya explotación el país no puede controlar 153.000 km2 de zona económica exclusiva.
Para enfrentar el problema ‘podría ser un fuerte aliado. En junio los departamentos de Estado y de Comercio de la nación norteamericana, junto con otras agencias federales del país, lanzaron una estrategia global contra la pesca ilegal, inquietos principalmente por el rol que China tiene en la industria.
«Debido a estos lamentables antecedentes, no declarados y la transgresión de normas deliberada, se ha vuelto más relevante que nunca que la comunidad internacional se mantenga unida en defensa del Estado de derecho e insista en un mayor compromiso con la conservación ambiental por parte de Pekín», manifestó en agosto Mike Pompeo, secretario de Estado, luego de que Ecuador alertara sobre la presencia de cientos de buques pesqueros con bandera china cerca de la reserva marina de las islas Galápagos. «El gobierno asiático subsidia la flota pesquera comercial más grande del mundo, que en forma sistemática
viola los derechos de los Estados sudamericanos, pesca sin autorización y excede las cuotas de pesca establecidas en los acuerdos de licencia», agregó Pompeo.
Esta pesca es muy importante según la embajada y para el gobierno de USA, por lo cual trabajaremos para combatirla y nuestros socios a nivel local», dijo George, que añadió que su país ya está «involucrado en varias naciones para resaltar la necesidad de una fiscalización fuerte que incluye acuerdos de cooperación».
DESPÓTICOS
La semana pasada Búsqueda informó que, durante la visita del canciller Francisco Bustillo a Washington, transmitió a Uruguay su preocupación por la posibilidad de que los Chinos construyan un puerto pesquero en la costa montevideana, ante un panorama general de mayor influencia en la región. En cuanto a este tipo de pesca, el involucramiento norteamericano en Uruguay va en el mismo sentido.
«Estamos presenciando una absoluta crisis económica y humanitaria en aguas uruguayas que necesitaría ser abordada pero está siendo ignorada, aunque causa distorsiones comerciales y amenaza la seguridad económica y nacional.
Hay una codicia de gobiernos despóticos que alientan esta actividad. Sabemos que existen flotas pesqueras de gran porte con apoyo de gobiernos extranjeros que operan en el Atlántico Sur», dijo el embajador George el jueves 15 en el lanzamiento del evento organizado por la Global Fishing Watch y la Organización para la Conservación de Cetáceos.
La ubicación estratégica en la región de Uruguay, tiene la oportunidad de transformarse en un líder para sus vecinos al combatir una industria emergente mediante el aumento de las inspecciones y las regulaciones. «A nivel interno, sin embargo, la Armada cuenta con serias limitaciones. En 2023, estarían en funcionamiento cinco buques si no tomamos medidas, esta sería la situación de la Armada dentro de dos años en un país que tiene más mar
que tierra».
El otro camino para la renovación de la flota es la cooperación internacional: el gobierno recibió ofertas de Alemania, España, Israel, Italia e incluso China. Las embarcaciones para el patrullaje que pretende la Armada son del entorno de hasta quinientas toneladas de desplazamiento, sin cubierta de vuelo y con armamento mínimo.