El martes a la mañana, en la Jefatura de Policía, dos policías recibieron un reconocimiento de sus superiores por sendas acciones que posibilitaron salvar la vida de dos personas, un adulto y una niña.
Tras la ceremonia, el jefe de Policía de Tacuarembó definió a estos momentos como “muy gratos” porque refieren a actos que resaltan el desempeño de dos policías. “En uno de ellos, en Pueblo Clavijo, que rescató a una niña que se encontraba en las aguas, a riesgo de su propia vida; y en el otro caso, un policía en la ciudad de Rivera se percata de una situación sanitaria compleja para un vecino que se desmayó y le practicó maniobras cardiorespiratorias para que de esa manera pudiera ser trasladado rápidamente al hospital. En ambos casos salvaron una vida”. Destacó además que en las dos situaciones, los efectivos se encontraban francos de servicio. Uno actuó poniendo en riesgo su propia vida, y el otro aplicó una de las tantas capacitaciones que recibe el personal policial “y que en algún momento de nuestra carrera profesional tiene su utilidad”.
Los actos principales donde normalmente se entregan reconocimientos y efectúan homenajes “van a ser realizados el 18 de diciembre en el Día de la Policía, pero nos parecía importante que tuviéramos este acto íntimo entre nosotros, entre los policías, para que fueran un ejemplo para todos quienes estamos aquí presentes”.
El agente Eduardo Pérez, estaba en su casa en Pueblo Clavijo y oyó “los gritos desesperados de una madre” diciendo que se le moría la única hija. “Yo salí corriendo de mi casa, pasé al patio, pasé una callecita, pasé un alambre y a unos 50, 60 metros se encontraba la niña hundiéndose en las aguas boca abajo. Ahí me largué al agua, la saqué y la niña estaba con las piernas blandas, y ahí la empecé a hacer la reanimación”. Su esposa acudió a ayudarlo y fue quien solicitó apoyo a la Brigada Rural. Abrigaron a la niña mientras Pérez continuaba con las maniobras de reanimación hasta que llegó el móvil policial y se trasladó a la niña a la policlínica de la localidad. “Cuando íbamos por mitad de camino, la niña intenta llorar; yo le digo a mi compañero ‘Dale que la niña va viva’. Hasta que llegamos a Policlínica, la puse encima de la cama del doctor y ahí ella largó el llanto diciendo ‘¡déjenme, déjenme! En ese momento yo me alegré porque todo había salido bien y la niña estaba con vida”.
El agente Pérez lleva 23 años en la Policía y confiesa que nunca antes vivió una situación igual. “Fue un momento único, pero tratamos de hacer las cosas bien o lo mejor posible; y así seguiremos siempre hasta el fin de nuestra carrera”.
El agente Anthony Gómez, oriundo de Rivera pero cumpliendo funciones en Tacuarembó, estaba haciendo uso de su licencia reglamentaria en su ciudad natal, y camino a un almacén y vio a “un señor de edad avanzada ya se pone la mano del lado izquierdo del pecho y pega un grito y cae al pavimento. Por eso acudo de forma inmediata y por los síntomas y las capacitaciones que venimos recibiendo en la Jefatura de Tacuarembó, veo que son los síntomas de un paro cardíaco. De forma inmediata empieza a hacerle la reanimación pidiendo apoyo a la Jefatura de Rivera, que mandan un móvil y se le hace el traslado mientras se le continúa haciendo la reanimación y llega con vida al hospital”.
Gómez asegura que comprobar que contribuyó a salvar una vida “es un momento único, con mucha adrenalina y los nervios, pero tratamos de cumplir nuestras funciones tanto laborales como policiales lo mejor posible”.