Por Álvaro Gil
La pasada semana terminó la Copa Integración, que fue atractiva, habiendo contado con un buen marco de público en los distintos partidos, culminando con más de dos mil personas en las tribunas durante la última final.
De todas maneras este torneo no volverá a desarrollarse con el formato de series durante el 2022, restando resolverse por parte de los organizadores si las dos divisionales regresarán a jugar en forma separada o en su defecto competirán nuevamente en un mismo certamen.
Dicha resolución será confirmada el próximo 18 de enero, cuando los delegados clubistas mantengan una Asamblea con los Neutrales.
Según supo El Avisador la votación podría ser reñida, pues algunas instituciones del círculo de privilegio pretenden volver a jugar un certamen con ocho equipos.
A nuestro juicio las dos divisionales pueden actuar en forma conjunta, ya que en el presente año varios elencos de la segunda división fueron competitivos, exceptuando Peñarol, que deberá mejorar su nivel para el 2022.
De todas maneras creemos que los descensos no pueden eliminarse, dado que generan importancia a los diferentes encuentros, pudiendo perfectamente armarse dos tablas para los clubes de cada categoría.
Entendemos que un torneo largo con todos los equipos les daría mayor rodaje a los jugadores, teniendo las diferentes instituciones la posibilidad de sumar para la tabla de su respectiva divisional, además de poder transformarse en el campeón del fútbol de Tacuarembó, no interesando a que categoría pertenezca.
Lo cierto que la última palabra la tendrán nuestros dirigentes, pudiendo incidir también el aspecto económico, pues a varios clubes se les hace imposible solventar durante todo el año los gastos que genera el plantel principal.