La miel de Tacuarembó es sana, de calidad y la planta apícola se dispone a cumplir con las exigencias nacionales garantizando la no contaminación del producto. El objetivo es promover la producción la miel de los pequeños productores cumpliendo los requisitos de trazabilidad exigidos por el MGAP.
La Intendencia de Tacuarembó con un equipo de funcionarios de la Dirección de Desarrollo Productivo viene haciendo una puesta a punto de las instalaciones de la Planta Apícola preparando la zafra 2021 – 2022. Indica esta Dirección municipal que en cada temporada se cuenta con la presencia de entre 15
y 20 productores, depende cada zafra del clima, el buen o mal manejo de colmenas, cómo así la vida particular de cada productor porque sabido
es que esta tarea requiere perseverancia y muchas veces por diversas situaciones de la vida diaria ha pasado que alguna persona deja el rubro.
Se realizó en el periodo 2020 -2021 una extracción de 36.055 kg (5563 kg más que la zafra anterior), la Intendencia brindó un servicio profesional, se trabajó sin
detener fines de semana ni feriados, coordinando acopios antes de lluvias y demás situaciones presentadas.
Como se sabe éste es un rubro exigente, teniendo en cuenta que el apicultor realiza esta tarea en sus días libres como un complemento a su vida
laboral. Las maquinarias trabajaron con intensidad, incluso ante la demanda, operadas por funcionarios y apicultores que realizaron el aprendizaje de la tarea.
La Intendencia asiste de forma permanente a la planta con un servicio de electricistas, limpieza y agua potable.
El apicultor que tiene más colmenas llega a unas 200 pero también hay de 80 y pequeños apicultores con 5 o 10. La producción creció considerablemente en este último tiempo referenciando el producido en esta planta que tiene más de 20 años. Se pasó de 11.655 kg en el año 2015 ha estos registros de 2021
que superan los 36 mil kilogramos de miel.
El Director General de Desarrollo Productivo, Ing. Carlos Menéndez, señaló que «la trazabilidad es muy importante para garantizar la calidad del producto, cada productor tiene un número, se le puede hacer un seguimiento a cada apiario, hay garantía de la pureza del producido».
«La cantidad de productores viene bajando porque al crecer el productor generalmente se instala su propia Sala, que la tiene que habilitar con todo el trámite que eso genera, pero se mantiene un numero de entre 15 y 20 pequeños productores en cada zafra» puntualizó Menéndez.
Esta es una miel que desde Tacuarembó se envía a acopiadores exportadores y en este año el valor mínimo por tonelada fue de 2,40 dólares y el máximo 2,80.
Es tan buena la calidad de la miel de Tacuarembó que se la utiliza muchas veces para mezclar con otras producciones a los efectos de bajar algunos niveles residuales que se puedan presentar.
En cuanto al precio se venía situando en valores medios después de muchos años donde se registraban muy bajos precios, y se dieron casos de mieles acopiadas sin vender, lo que trajo algunos problemas económicos a aquellas familias que se dedicaban exclusivamente a esta tarea porque en realidad, como ya se indicó, se trata de un rubro complementario a un trabajo o otra actividad económica.
El principal comprador –no el que mejor paga– de la miel uruguaya es España, y después Alemania y otros países de Europa. En Uruguay están registrados unos
2.500 apicultores con casi 600 mil colmenas.
La floración es la clave en los promedios de producción de la miel y depende mucho del factor climático, de cómo transcurre el año, si viene seco, lluvioso.
Este año el promedio por colmena ha sido de 23 o 24 kilos con una rentabilidad relativamente baja, lo que lleva a fraccionar y volcar al mercado consumidor y aquí se ve otra acción de la Intendencia de Tacuarembó proporcionando frascos y el registro bromatológico que garantiza la calidad del producto.
Extraer la miel «no es sencillo, no se saca toda la miel de un día para el otro y tampoco se vende la producción de un día para el otro» esbozó el
ingeniero agrónomo Carlos Menéndez. La rentabilidad sigue siendo la clave y muchas veces algunos apicultores abandonan.
El valor agregado de la miel también es otro brazo de apoyo, donde muchos suman licores, apitoxina, cera y trabajan en esa línea para fortalecer
el esfuerzo que realizan.
Al finalizar, cabe aplicar aquel proverbio que glosa que «La paciencia es agria, pero da frutos dulces». La apicultura es un rubro, que requiere
eso y la abeja sigue siendo el principal polinizador, cumpliendo un rol esencial en el planeta.