El Director de Turismo de la Intendencia de Tacuarembó, Marcelo Crespi, dialogó con EL AVISADOR sobre la utilización de las piscinas públicas y privadas en el departamento. «Lamentamos que la piscina de Balneario Iporá no se haya podido habilitar, pero entendimos que es la medida más razonable en este contexto que nos toca vivir».
«Desde el ejecutivo departamental se toma la resolución de no habilitarlas las piscinas, entendiendo que está el riesgo de aglomeración de público. Es una forma de control, que no es simpática», reconoció el director de Turismo.
«En lo que refiere a la piscina de Balneario Iporá, que es la que le compete a la Dirección de Turismo, es de uso
sobre todo de esparcimiento, tenemos un aforo máximo de 200 personas, entendimos que es difícil manejar los fines de semana, sobre todo que se reciben visitas de más de 1000 personas, como sucedía habitualmente en temporadas anteriores, poder dejar entrar a 200 y que 1000 queden afuera, podría tornar una situación compleja, difícil de administrar y caer en dificultades mayores, siendo un riesgo que no estamos dispuestos a asumirlo, lo cual creo es razonable. Lamentamos que la piscina no se haya podido habilitar, pero entendimos que es
la medida más razonable en este contexto que nos toca vivir».
En cuanto a las piscinas privadas expresó: «las piscinas privadas tienen que respetar el protocolo establecido para
las mismas y lo están haciendo. Se trata de tener en cuenta en aforo correspondiente de acuerdo a los metros cuadrados que tenga la piscina y su entorno, es lo que dictamina la cantidad de público que puede hacer uso de esos espacios. Si bien están habilitadas y pueden trabajar las privadas, sobre todo es un tema de conciencia de quienes las administran, que deben tener en cuenta la aglomeración, lo cual está prohibido en todos los espacios», señaló Crespi.