El álbum de figuritas de Qatar 2022 ya llegó a miles de uruguayos que tienen un propósito muy claro: llenarlo antes de que termine el Mundial
por Leonardo Machado (*)
El 20 de agosto se oficializó la comercialización del álbum de figuritas del mundial en supermercados, papelerías, almacenes y kioscos de Uruguay. Incluso Pedidos Ya entró a ese mercado y compite como vendedor en este período de zafra que ofrece la máxima competición de fútbol a nivel de selecciones.
Nicolás Lerner, representante de ventas de Panini en Uruguay, dijo en una entrevista con La Diaria que la presencia de la Selección Uruguaya de Fútbol en los mundiales es un gran motivador para que los uruguayos se propongan juntar figuritas para el álbum. En particular, se destacó la importancia de la buena campaña en Sudáfrica 2010, lo que ha hecho que en cada torneo aparezcan más coleccionistas.
Consultado por FutbolUy, Lerner habló sobre las míticas figuritas «difíciles» que en cada edición se dice que son complicadas de conseguir y explicó que la empresa realiza las impresiones con seriedad. Según dijo, todas las figuritas son impresas con la misma cantidad de copias y la dificultad por conseguir algunas se explica por lo aleatorio en la distribución de los sobres.
Llenar el álbum es complejo y requiere de dinero, y las motivaciones para hacerlo son diversas. Marcelo Bonomi, docente de Publicidad de la Facultad de Información y Comunicación (FIC), dijo a Sala de Redacción que «coleccionar cosas está en la naturaleza de los humanos y es algo que nos gusta a todos». Por su parte, aseguró que «el fútbol en Sudamérica tiene una presión social importantísima y está en la vida [cotidiana] de la mayoría».
«¿Por qué sabemos cómo se llama el [jugador número] 3 de Turquía? Porque está en el álbum y lo tenemos que juntar, lo sabemos a nivel popular», respondió, consultado sobre cuál es la relación entre el álbum y el mundial desde el punto de vista del marketing. Además, consideró que «el álbum es una muy buena herramienta, porque empieza con la previa, te da el conocimiento de los jugadores» y «funciona como una estrategia de marketing súper válida y vigente».
Para Bonomi, extender la franja etaria de coleccionistas favorece las ventas, algo que está ocurriendo en la actualidad. «Creo que responde a un tema de mercado y de estrategia de marketing, ¿para qué segmentarlo a niños si es algo que le puede gustar a todos?», concluyó.
La colección y sus protagonistas
La franja etaria de coleccionistas uruguayos es muy variada, abarca a los más chicos, que recién están conociendo el fenómeno del Mundial, a los adolescentes que ya vivieron Rusia 2018, a los jóvenes que siguen el hilo de colección desde Sudáfrica 2010 e incluso a varios adultos que rememoran las juntada de figuritas en otros mundiales.
A finales de agosto, Camila Bitlloch, estudiante de Comunicación y Ciencia Política en la Universidad de la República, ya tenía su álbum y un stock considerable de stickers para completarlo. Contó a Sala de Redacción que viene de hace años en la colección mundialista y que es algo que le encanta. «Me parece re divertido que todo el mundo junte, por eso yo me sumo», dijo. Como buena parte de quienes coleccionan, Camila fue a lo seguro e invirtió en la caja de 104 sobres: «Me fue bastante bien, ahora que me faltan menos de cien para completar compré cuatro o cinco sobres para poder cambiar y en eso estoy». También dijo que poco a poco le fue preguntando a sus compañeros de facultad si alguno estaba en el mismo plan y actualmente intercambia con varios de sus colegas.
Alguien que también se sumó a la movida fue Jazmín, que a sus 9 años vive esta experiencia por primera vez. «Se lo pedí a mamá porque me daba curiosidad saber qué personas había en cada equipo», dijo a Sala de Redacción, y confesó que su principal objetivo era «tener el cuadro de Uruguay», aunque todavía no le hubiera tocado ninguno de los jugadores de la selección. Pese a no conocer qué es la tapadita, Jazmín pudo intercambiar varias repetidas con sus amigos en la escuela.
Desarrollo digital
El fanatismo del coleccionista va más allá del cara a cara y en Facebook ya hay grupos formados por más de 500 integrantes en los que publican las figuritas que les faltan y coordinan el intercambio por mensaje.
No obstante, el uso de herramientas digitales no se queda ahí. Desde el Mundial de Rusia 2018 el álbum en papel ya no cuenta con un espacio destinado al conteo de cromos faltantes y la versión de Qatar 2022 no es la excepción. Para quienes quieran hacer ese seguimiento, varias desarrolladoras han creado diferentes aplicaciones que cumplen esta función. La app más descargada por los usuarios se llama Figuritas, está disponible en las tiendas de descargas de aplicaciones y permite hacer un seguimiento de los stickers que faltan. También tiene la opción de descargar versiones en PDF para imprimir y permite compartir el listado con conocidos a través de las redes sociales.
Además, como en otros mundiales anteriores, el 16 de agosto Panini lanzó su versión virtual del álbum, que se compone de menos stickers que el físico, brinda sobres gratuitos todos los días, permite intercambios online, retos por los cuales ofrece recompensas y contenido exclusivo para ese formato de álbum. Esto da una segunda opción a aquellas personas que no puedan o directamente no quieran gastar en sobres para participar. El álbum virtual está disponible para Android, Ios y también se puede ingresar con el usuario de Google desde cualquier computadora.
Una alternativa más tradicional
En la búsqueda por querer tenerlas todas sin tener que enfrentarse a lo aleatorio de los sobres, en las calles de todo el país hace muchos años apareció una solución: los puestos de venta y canje. Se trata de sitios ambulantes conformados en su mayoría por dos caballetes y una tabla horizontal desbordada de figuritas a los que los coleccionistas van con sus repetidas, en la búsqueda de cambiarlas por alguna que falte. En la avenida 18 de Julio de la capital estaba Alejandro, estudiante de Publicidad en la FIC, contó a Sala de Redacción que luego de comprar su caja y ya en la recta final del llenado del álbum, recorre los puestos de canje para asegurarse el éxito.
Ramón Ramos, vendedor ambulante en 18 de Julio y Fernández Crespo, contó a este medio que en los primeros 15 días en los que tuvo el puesto atendía a entre diez y doce personas por día y que «la mayoría tienen como 20 años». En estos sitios de cambio no solo se puede realizar trueque de figuritas, también se pueden comprar sueltas. Los precios van variando según la «calidad» que tenga: las brillantes rondan los 100 pesos cada una, los jugadores de países destacados como Uruguay, Brasil, Argentina o Francia tienen un costo de 50 pesos, mientras que los estadios y los demás stickers tienen un precio de 20 pesos si se compra de a una, pero baja si se compran de a más de a 15.
(*) Sala de Redacción / Facultad de Información y Comunicación