Partido Colorado – Diputada Susana Montaner
En nuestra última exposición habíamos expresado la preocupación que nos aquejaba en tanto, cualquiera fuera la razón que se esgrimiera, el Instituto Nacional de Evaluación Educativa no publicara, como así se lo mandata la Ley General de Educación, su reporte bienal sobre el estado de la educación en el Uruguay.
Mucho nos complace que ello no hubiere ocurrido y que el primero de agosto pasado – en esta casa- el INEED diera a conocer su informe, con los datos correspondiente a los años 2017-2018.
Datos éstos que no son alentadores, es cierto, pero que también -para ser sinceros- son los que se esperaban.
Qué nos dice el INEED esta vez?
El informe nos dice que sólo el 65,7% de los liceales en edad oportuna (16 años) egresaron del ciclo básico y no el 68% como era la meta fijada; que tampoco se alcanzó la meta establecida en bachillerato (educación media superior) donde se llegó al 35,9% y no al 38% de egresos en edad oportuna (19 años), como así tampoco en estudiantes con rezago (de 21 a 23 años).
Eso es cierto, , porque son números y los números no mienten. Frente a esto la autoridad que tiene a su cargo la educación nos dice que el informe no genera aportes sustantivos, que alude a situaciones aisladas, que no aborda la educación en sus diversas modalidades y sistemas educativos, que es incoherente, que no tiene estatus ni calidad … en suma, como dirían los jóvenes: enojado, lo “ningunea”!
Si nos quedamos en esa, vamos mal. La falta de humildad para reconocer lo que está mal no contribuye a avanzar cuando lo que todos deberíamos hacer es poner la mirada en el futuro.
De nada sirve aludir a décadas pasadas para referirnos a la educación. Tan absurdo es, que ni cabe comentar al respecto!
Décadas de cambios sociales, económicos, políticos, culturales, tecnológicos, laborales… hacen que los requerimientos del ayer nada tengan que ver con las exigencias laborales del hoy.
Si hasta el hoy debe pensarse con la mirada en el mañana, si nos quedamos en la visión soberbia y pequeña, en el enojo, en la molestia o en la angustia del fracaso, sino tenemos la mirada en el futuro y si no nos unimos en una política de educación donde el norte sean nuestros niños y jóvenes, estaremos en dos años con un nuevo informe donde se los anuncie un nuevo fracaso.
Y el país no admite en este sentido más demoras. El INEED cumplió con su misión de “aportar información para el diálogo, el debate y la construcción de políticas educativas en nuestro país, sobre la base de información relevante, rigurosa y válida, construida desde la posición de independencia y transparencia, para así como promover la articulación de las diversas perspectivas y valoraciones acerca de la educación”.
Las autoridades de la educación no deben enojarse, deben trabajar para mejorar y, por sobre todo, para superar las inequidades que el informe deja en evidencia.
Lo cierto es que los resultados de todo el sistema educativo están muy lejos de lo que el país necesita y todos queremos.
Algo que debe llamarnos a la reflexión son esos indicadores de desigualdad que el informe nos evidencia.
El contexto socio-económico, tanto de los estudiantes como de los centros educativos, influye y hasta determina el desempeño del alumnado y evidencia la inequidad que se da de acuerdo a esas condiciones socioeconómicas familiares y del grupo.
Entonces, señores dejemos de enojarnos porque nos dicen que las cosas no están bien. Si los resultados antes no eran alentadores, tampoco mejoraron en estos años de acuerdo a lo esperado.
El siglo XXI que se caracteriza por el valor creciente que se le da al conocimiento y por la velocidad de los cambios, nos lleva a que la misma OPP estime que más del 60% de los puestos de trabajo corren el riesgo de automatizarse.
Los desafíos que nos impone la educación hacen que sea necesario el gran acuerdo educativo para los próximos años, donde todos los actores del sistema aportemos. Sin enojos, sin recriminaciones, sin pataleos infantiles.
Los desafíos son nuevos y enormes y nos imponen aunar esfuerzos, dejando de lado protagonismos. Sólo así lograremos que los jóvenes que hoy empiezan la educación formal terminen el liceo en el 2030 con iguales oportunidades y con reales posibilidades de manejo de las tecnologías que aún no se inventaron y para la cuales tendrán que formarse.
Podemos hacerlo. Ya hubo acuerdo multipartidarios en el 2010 y 2012, los Partidos Políticos en sus programas de gobierno 2020-2025 están haciendo valiosos aportes, como así también organizaciones de la sociedad, como Eduy21.
Sigamos por esos caminos y dejemos de lado el enojo. Varela en la educación, hubo uno sólo Sra. Presidente, pero profesionales de la educación y docentes con vocación los hay y muchos. Es a ellos a quienes debemos recurrir, para juntos lograr ese gran eje Batllista de inclusión donde educación, empleo y ciudadanía van de la mano.