Frente Amplio – Edil Mario Segovia
Hoy voy a referirme a las políticas públicas implementadas por los gobiernos del Frente Amplio a partir del año 2005, diseñadas y orientadas a proteger a aquellos sectores más vulnerables de nuestra sociedad, en particular nuestros niños y entre estos a los niños pobres; por la importancia de la primera infancia en la vida y el desarrollo de las personas, es que se busca fortalecer y proteger sus derechos y posibilidades.
El proyecto de país del Frente Amplio busca mejorar los niveles de desigualdad social heredados de los Gobiernos blancos y colorados, que condenaron a toda una generación a la pobreza. El ejemplo del año 2004, donde 6 de cada 10 niños menores de 12 años vivían en hogares pobres, totalizando 325 mil niños; esa realidad se redujo a la tercera parte y hoy 2 de cada 6 niños viven aún en esa condición.
La tenacidad en la aplicación de esta política hizo que 243 mil niños salieran de esa penosa situación, pero duelen y mucho, los 96 mil menores sumergidos aún en la indigencia. Ese es nuestro desafío: profundizar y fortalecer las políticas de Estado, las mismas que la oposición planea eliminar si llegaran al gobierno.
El INAU como Organismo rector, ha triplicado los recursos en el área de la niñez pobre, constituyéndose en uno de los actores más importantes en esta área, atendiendo además a más de 88 mil adolescentes con distintas problemáticas.
En paralelo, el Plan CAIF también extendió en este período más del 50% en su cobertura, contando actualmente con 422 centros que atienden a 57 mil niños en todo el país; esto será ampliado con la creación de 140 Centros CAIF más de ahora y hasta el año 2020.
Hoy además, el 100% de los niños de 5 años concurren a la escuela y se está en camino de universalizar a los niños de 4 años. La tendencia es extender la escolaridad también a los niños de 3 años, buscando romper el círculo de la pobreza.
Para achicar esta brecha se debe seguir atendiendo este sector tan sensible de la población, sabiendo que allí se juega el futuro de quienes en pocos años deberán trabajar, estudiar y formar parte de la clase activa de nuestra sociedad.
Un día sí y otro también, escuchamos a los más distinguidos dirigentes de la oposición, quienes ocupan todo su tiempo para la crítica, porque aunque los centrifuguen, no se les cae una sola idea, lanzan bombas de humo que dicen: “La Educación está en crisis, todo es un desastre, se gasta dinero y no hay ningún resultado”.
Buscan el rédito político, ignorando que desde la asunción del Frente Amplio se puso énfasis en sumar recursos a la Educación Pública, un sector que los Gobiernos de derecha habían olvidado. Se ha priorizado la recuperación salarial, combatiendo las remuneraciones miserables de los docentes, alcanzando niveles dignos; se destinan partidas para el mantenimiento, refacción y construcción de centros educativos.
Para la izquierda estas cuestiones no representan variables de ajustes, son políticas públicas que justifican el déficit fiscal, no las consideramos un gasto sino una inversión, conscientes que más allá de la ecuación numérica están las personas, los seres humanos a los que comprenden estas políticas. Son aquellos que necesitan de un Estado presente que haga realidad su rol esencial que no es otro que la distribución de los excedentes, en particular para aquellos que no pueden solos.
Ese es nuestro compromiso: “Habrá patria para todos”.