Dormir una siesta de 20 a 40 minutos nos traerá muchos beneficios para afrontar el resto del día.
Estudios demuestran que dormir la siesta durante un periodo comprendido entre los 20 y 40 minutos resulta beneficioso pero que a partir de ese intervalo ya no nos aportara más energía y solo hará que alteremos nuestro sueño nocturno.
Uno de los momentos más idóneos para reponer energías es justo después de las comidas. Esto se debe al efecto postprandial, que es el responsable del
«bajón» que sufrimos después de comer.
La digestión aumenta el flujo sanguíneo hacia el estómago, lo que reduce la actividad del resto de órganos. Para paliar este efecto una buena siesta nos quitara
el sueño y nos llenará de energía.
Otro momento recomendado para descansar es en momentos de presión laboral. Aunque resulte chocante, tomarnos un momento para descansar, meditar y
estirarnos nos ayudara a afrontar mejor el trabajo pendiente. Recuerda que también es muy importante dormir la siesta antes de conducir largos ratos,
sobre todo a la vuelta del trabajo, necesitamos estar llenos de energía para no sufrir un accidente de vuelta a casa.
Aunque relacionamos la siesta con dormir, no necesariamente implica caer en un profundo sueño, puede suponer un momento de relajación en el que nos
abstraigamos de los acontecimientos que nos rodea y descansemos la mente. Debemos de evitar, pues, entornos con ruidos y claridad, buscando una habitación donde tengamos una temperatura agradable, aislada y oscura. Por todo esto, y a pesar de las críticas, la siesta se considera un hábito saludable realizado con moderación. A continuación, los beneficios concretos de dormir la siesta.
Memoria
Mejora la memoria y el aprendizaje. Aunque tratemos de dormir, si no conseguimos alcanzar la fase REM del sueño nuestro cerebro no estará descansando. Por eso, dormir una siesta que nos permita alcanzar esta fase, aunque solo sea brevemente, resulta beneficioso para nuestra capacidad comprensiva.
Esta teoría fue ratificada bajo estudios con resonancias magnéticas en pacientes que había dormido una siesta y quienes no, mostrando más energía y más actividad cerebral en los que había dormido.
Alerta
Aumenta tu estado de alerta. Un estudio realizado por la NASA demostró que sus pilotos estaban más vigilantes y se percataban de más objetivos después de
dormir la siesta durante 40 minutos. Incluso este estudio se extrapoló con marineros del ejército reduciendo los tiempos a 10 y 20 minutos y también resultó
que estos, en comparación con los que no dormían, eran más conscientes de su entorno.
Creatividad
Aumenta la creatividad. Después de dormir una buena siesta, nuestros procesos creativos se activan, ayudándonos a encontrar soluciones a problemas. Esta explosión de creatividad se produce en el hemisferio derecho del cerebro. En este caso es necesario dormir una siesta larga, no solo de 10 o 20 minutos y alcanzar la fase REM.
Productividad
Más creativo y también más productivo. Por lo que tanto hemos sido criticados los españoles, resulta que es lo que nos ayuda a ser más productos. Nos
llena de energía y disipa la modorra y la pereza laboral. Estudios demuestran que una siesta puede darnos más energía que una buena taza de café.
Ánimos
Mejora el estado anímico. La irritabilidad se asocia con la falta de sueño, por eso una buena siesta, a cualquier edad resulta beneficiosa para mejorarnos el
carácter. ¿A quién no le sienta bien una buena cabezadita?
Estrés
Elimina el estrés. Al igual que la mejora anímica, dormir aumenta nuestro estado de relajación, tanto psicológica como física, eliminando el estrés de
nuestro organismo y ayudándonos a afrontar las tareas de la tarde. Aparte de los beneficios comentados, una siesta también mejora el bienestar general, la vitalidad, reactiva los reflejos, la atención, la eficacia y reduce el riesgo de accidentes cardiovasculares.