Norte Adentro sigue en su ciclo de entrevistas a referentes del ámbito agropecuario, para así poder llegar a nuestros lectores con la mejor información acerca de la situación actual de nuestros campos y mercados.
En esta oportunidad, entrevistamos al ingeniero agrónomo, Ítalo Malaquín, Coordinador Regional de Plan Agropecuario, para los departamentos de Tacuarembó, Rivera y Cerro Largo.
El ingeniero comenzó destacando que la regional está abocada a las derivaciones del cuarto déficit hídrico, en cinco años, que sucedió en la primavera-verano 2021-2022. «Da la sensación de que este evento ahora por las lluvias registradas pareciera que está resuelto, pero no es así», afirmó Malaquín.
La intensidad de este déficit hídrico, que afectó mayormente a las seccionales 16, 11, la 4ª y la 5ª de Tacuarembó, trajo «algunas secuelas que aún permanecen y creo que hay decisiones que aún se tienen que seguir tomando» ante la derivaciones provocó la falta de agua en las pasturas y en las fuentes de agua para el consumo animal.»
Señaló que en estas zonas precipitó de octubre a diciembre en un promedio que no superó los 20mm cuando la norma sería que lloviera más de 100 mm en ese período.
Si bien ha llovido desde la mitad de enero hasta ahora, hay sistemas que aún no están definidos de cómo van enfrentar el próximo invierno.
En el mes de enero, el coordinador el Plan Agropecuario entrevistó a un conjunto de ganaderos de estas seccionales, los más afectados por el déficit hídrico, para ver la forma en que la gente toma decisiones frente al evento. En primer término se les consultó cuán informados estaban sobre esta situación que se iba a generar y cuáles fueron las acciones que tomaron.
Es así que estudiando cada caso y evaluando los datos que Plan Agropecuario posee, se creó una base de datos con elementos como para poder posi-cionarse mejor ante un eventual quinto déficit hídrico.
Malaquín señaló que la estadística del pasado poco sirve para contribuir a la toma de decisiones en los sistemas ganaderos, ya que antes los episodios de se-ca se daban cada tantos años y ahora son más seguidos.
Lo más preocupante, es que estos eventos se están dando en la época en la que cuando más se produce el pasto, en primavera y verano. «Ahí es donde está la mayor vulnerabilidad de los sistemas ganaderos que son de campo natural», enfatizó.
Del estudio realizado por el equipo de Mala-quín, se obtuvo datos de las principales decisiones tácticas que tomaron los productores antes, durante y posterior a la seca. Se constata allí, señala el técnico, que «tomar decisiones en el déficit hídrico 2020-21 fue muy contrastante a tomar decisiones en es-te contexto del 2021-22. El mercado colaboró en este ejercicio en tomar decisiones mucho más tempranas para no encontrarnos con unas consecuencias muchos mayores. Porque los valores del ganado gordo como de la reposición fueron muy superiores; un mercado que favoreció tomar decisiones y mitigar las consecuencias» de la seca.
Los valores del ganado, apuntó, tuvieron su mayor impulso luego de las lluvias que se dieron a nivel país, sino lo que seguiría valiendo sería el gordo y la reposición no habría tenido «variaciones tan interesantes como estamos observando ahora».
En otro análisis que efectuó Malaquín, surgen datos comparativos de los periodos julio 2020 a febrero 2021 y julio 2021 a febrero 2022. Allí constata que la faena semanal promedio creció un 29%, el ingreso medio de exportación creció 26%, el precio promedio del novillo «hoy estamos en U$S 4,36 y en el pasado era de 3,24; y así para todas las categorías».
«Este escenario de hoy, corrobora lo que digo de que hubo una colaboración del mercado para tomar decisiones» frente a la seca, como la venta anticipada, con menos peso pero con mejor precio, logrando por unidad de venta mayores ingresos.