Ante casi una centena de polanqueños y tacuaremboenses en general, así como amigos que decidieron apoyar, fueron recibidos Alvaro Torres Negreira y Hilda Silvera, los marcheros polanqueños que unieron San Gregorio y Montevideo a caballo, con el fin de recaudar fondos para la escuela de Equinoterapia, Kawell, en San Gregorio de Polanco.
Fueron nueve días de trajín, de marcha, de horas arriba de los caballos, pero con el objetivo claro siempre, llegar a Montevideo. No podían fallar, era un desafío personal pero atrás había mucha gente esperando, y otros tantos que espiritualmente cabalgaban con ellos.
En cada lugar que pasaron, en cada punto terminal recibieron el cariño y la solidaridad de la gente. Es que el esfuerzo valía la pena.
Por eso ayer, salvando obviamente las distancias, por momentos la entrada a Montevideo de los marcheros, más los que se sumaron en los últimos kilómetros acompañando a Alvaro e Hilda, se asemejaban a la entrada a Montevideo, un domingo de mañana de los ciclistas que culminaban el esfuerzo de la semana, coincidentemente muchas veces en la misma zona de Tres Cruces, Parque Batlle, donde llegaron los marcheros.
Los últimos metros fueron de gran emoción, entre gritos, aplausos y algunos que hasta se le escapó alguna lágrima, porque el esfuerzo de estos polanqueños daba para emocionar. A la noche siguieron los festejos, ya más distendidos y entre música y tragos se compartió una linda velada en el boliche Cimarrón.
Por supuesto que la misión está cumplida y a partir de este esfuerzo seguramente comenzará una nueva etapa para esta Escuela de Equinoterapia. De hecho este lunes estarán recibiendo una donación de computadoras que irán efectivamente al centro polanqueño. Y seguramente eso sea solo el comienzo…
Leyenda. Todos en la llegada, muchos polanqueños celebrando el esfuerzo de los coterráneos. (Foto: Hugo Vique)
Fuente: www.sangregorioportal.com