Reflexiones de una internación – Con 61 años, mi vida transcurría sin mayores sobresaltos con respecto a mi salud, era sabedor de mi hipertensión, estaba medicado, comía sin sal, trataba de cuidarme en las comidas, aunque a veces me salía del régimen, pero lo iba sobrellevando. Problemas según la época, el asma, ácido úrico cuando consumía mucha carne, pero en general una vida llevadera.
Escribe nuestro amigo Daniel Esteves
En los últimos meses del 2015 comencé a sentir cansancio, fatiga, desgano, etc. Concurrí al cardiólogo y ahí, luego de los exámenes. comienzan los problemas, Primero me envían a Montevideo a realizarme un cateterismo. Luego, a caysa de los nervios que algunos individuos tenemos, el médico que realiza el estudio me comunica que lo mío se resuelve con operación del corazón, cosa que no esperaba.
Sinceramente fue algo muy fuerte, quedé impactado, reconozco que algunas lágrimas me llenaron los ojos. Pero mi familia, amigos y asuntos personales, me hicieron pasar los 10 días que me separaban de la operación. Fue un fin de año atípico, trataba de hablar, de divertirme, de estar con mi gente, pero todo era un círculo, siempre volvía a la intervención quirúrgica.
Me citan para los primeros días de Enero, Sanatorio capitalino, las actividades previas de una intervención, viene el anestesista, te hablan pero creo que no los escuché, luego viene el cirujano, y muy solemnemente, me explica que es una operación de riesgo… ¡! Un ánimo bárbaro!!… Al otro día bien temprano te llevan al quirófano, y sentí una tranquilidad, una paz, algo que no sé si llamarlo resignación, pero entré sin sentir miedo. Es cierto que en los días previos traté de recordar oraciones de cuando iba al colegio, mi mujer y una amiga me dijeron “si no te acordás de los rezos, habla con Dios”. Y lo hice, estoy seguro que me ayudó, me dio confianza para lo que se venía.
Luego de la operación, en la cual me hicieron 2 bypass en las coronarias, por supuesto con el corazón afuera y con venas que te extraen de la pierna, me llevan a CTI, con molestias, mucho susto pero sin dolores, lo difícil fue que la internación se prolongó de 2 a 4 días en el CTI. Esos días fueron eternos, los más largos de mi vida, no dormía, no comía, estaba inmóvil por temor a que algo se abriese o se obstruyera en el pecho. La intervención no sé si es para guapos, porque yo nunca lo fui, pero les aseguro que no es para jodidos, como decimos aquí.
En esa situación añoras cosas simples, cosas que hacemos diariamente y no le prestamos la importancia que tiene, añoras caminar, poder ir al baño, deseas bañarte bajo una ducha, o sea aprendes a valorar lo cotidiano, e inconscientemente haces un balance de tu vida, de tus reacciones y recién ahí reconoces las veces que, por problemas menores, actuaste probablemente de mala manera.
Antes de pasar a piso, el médico jefe, luego de un estudio. me dice que me tienen que hacer una punción en el pulmón izquierdo, ya que tenía alrededor de un litro de líquido.
Finalmente llegó el galeno, un tanto contrariado porque le avisaron tarde. Para disminuir la tensión le comienzo a hablar y entre las preguntas que le hice fue qué edad tenia. De malas maneras me dice. “35 años; pero no confunda juventud con experiencia”. Cuando termina le pregunto si había sacado el líquido, y me contesta – también de mala manera – que no encontró nada.
Una enfermera me ayuda a acostarme ¡ y ahí me di cuenta que me hizo la punción en el pulmón derecho!! ¿Y este doctorcito me vino a hablar de experiencia, y de mala gana? Saqué la conclusión que a este joven, lo único que le sobra es soberbia…
Continuará, si Dios quiere y los médicos tratantes consideran que lo merezco.
Un saludo a todas las personas que padecen alguna enfermedad, a los trabajadores de la salud y a los doctores, que aparte de ser profesionales, la mayoría, por suerte, también son humanitarios.
N. de R. – También debe haber pensado muchas cosas, que nos vienen a la mente cuado vemos la realidad, pero aunque haya pensado que debe ser mejor persona, no puede, porque ya lo es. Cuídate amigo, por tus hijos, por tu esposa, ahora tu futuro está en ti mismo, Dios te mandó el aviso, pero puede ser sólo uno …