El rescate de una sociedad más democrática, más integrada, más participativa. «En estos días estoy cumpliendo años de mi debut, algo que en verdad
me marcó profundamente. Y para mí es muy importante rememorar aunque, pueda herir alguna sensibilidad.
Recuerdo la ansiedad con la que estuve esperando ese momento durante mucho tiempo, años. Recuerdo que gracias a los valores que recibí de
mi familia, lo pude afrontar de la mejor manera. Se pueden imaginar lo que para un muchacho joven significa el debut, todo
lo que uno piensa al respecto, la fantasía que despierta la carga de miedos y emociones que pueden ser abrumadores.
Quiero recordar algunos conceptos relevantes de un proyecto de reforma de la Constitución de la República que se puso a consideración de los uruguayos, a través de un plebiscito en el año 1980. Un año después del plebiscito, en noviembre de 1981 se celebrarían elecciones en las condiciones siguientes: podrían participar únicamente los partidos políticos autorizados, eran tres: Partido Nacional, Partido Colorado y el partido católico Unión Cívica. Los
Partidos participantes tendrían que ponerse de acuerdo previamente en un candidato único a Presidente común a todos ellos, los ciudadanos por lo tanto estarían obligados a votar pero, sin poder elegir.
Se creaba un tribunal de control político nombrado por los militares que podría destituir en cualquier momento al Presidente, a los Ministros, a los Legisladores, a los Jueces, a los Miembros de la Corte Electoral, a los Intendentes a los miembros de las Juntas Departamentales y también a las autoridades
internas de los Partidos autorizados.
Resolverían todos los casos según su libre convicción, o sea sin necesidad de pruebas, en estos días estoy cumpliendo cuarenta años de mi debut
como ciudadano, para ser más preciso el 30 de noviembre.
Y fue para rechazar un proyecto de Constitución que nos dejaba sometidos al poder de los que tenían las armas en la mano, las
armas que la sociedad les había confiado para que nos defendiera, pero que se blandieron en contra de la población y en provecho propio.
Y fuimos muchos los uruguayos que lo rechazamos, una mayoría muy clara que se expresó por el NO ese 30 de noviembre de 1980.
Pero es bueno también recordar que más de un 42% de los compatriotas en ese momento estuvieron de acuerdo en aceptar esa
propuesta tan indecente de Constitución para el Uruguay, y que en nuestro departamento fueron mayoría.
Hace 40 años, y estoy seguro que hoy los tacuaremboenses pensamos distinto, estoy convencido de que no estamos dispuestos a permitir condiciones que se fundamenten en la fuerza como razón y el miedo como herramienta.
Hoy no creo que los vecinos o vecinas en Tacuarembó puedan aceptar las imposiciones o arbitrariedades de nadie, por más ostentación de poder que
puedan hacer. Hoy para mí es un nuevo debut, distinto, con una responsabilidad en esta Junta Departamental que compartiremos con
Karina, Juan Carlos y Cecilia, en la que procuraremos con humildad y con todo nuestro esfuerzo contribuir a una sociedad más democrática, más integrada, más participativa. Desde Plataforma-Frente Amplio, como dice nuestra Carta de Principios: «Defendemos la libertad de pensamiento, el libre ejercicio de la crítica y la diversidad de propuestas para construir un mejor futuro para todas y todos».