La maestra:
— Jaimito, si en esta mano tengo 8 naranjas y en la otra 6 naranjas ¿Qué tengo?
— Unas manos enormes, señorita.
La letra que no se debe repetir
Luisito, ¿qué es la A?, pregunta la maestra
— Una vocal, profesora
— ¿Y la K?
— Una consonante que no se DEBE repetir
El planeta que gira el sol
— Pedrito, ¿qué planeta hay después de Marte?
— miércoles
El distraído
— Mamá, en el colegio me llaman distraído
— Juanito, tu vives en la casa de enfrente
La señora que va a la Emergencia
Era una señora que va al médico y le dice:
— Doctor me siento mal.
Y el médico le contesta:
— Pues siéntese bien, mujer.
Consulta confundida
— Doctor, vengo a que me ausculte.
— Rápido, métase en el armario.
El niño que aún hace pipi en la cama
— Doctor, doctor, ¿qué puedo hacer para que mi hijo no se orine en la cama?
— Que duerma en el baño.
Nombre equivocado
— Doctor, ¿cómo fue el parto?
— Salió todo bien, pero al bebé le tuvimos que ponerle Oxígeno.
— ¿Pero usted está loco? ¡Yo quería ponerle Ernesto!
El hombre sin memoria
— Doctor, tengo un problema tremendo. Estoy perdiendo la memoria.
— ¿Cuánto tiempo hace?
— ¿Cuánto tiempo hace de qué?
Cuentista cuidadoso
El papá tortuga le está contando a su hijo varios cuentos antes de dormir. Uno de ellos empieza: «Érase una vez un conejito blanco…».
—Ay, papá —interrumpe la tortuga—, ésas son cosas de niños. Cuéntame algo de ciencia ficción.
—Está bien. Érase una vez un conejito en el espacio exterior…
El hijo lo para en seco.
—¡Quiero un cuento de adultos!
—De acuerdo, pero prométeme que no se lo dirás a tu mamá.
—Te lo juro.
—Érase una vez un conejito completamente desnudo…
La consulta
— ¡Doctor, doctor, tengo un hueso fuera de la pierna!
Y el doctor le dice:
— Pues hágalo pasar, por favor.
Dolor en todo el cuerpo
— Doctor, cuando me toco aquí me duele, y aquí también, y aquí, y aquí…
A lo que el médico contesta:
— Amigo, usted lo que tiene es el dedo roto.
Paciente terminal
El doctor dice al paciente:
— Amigo, tiene usted las horas contadas.
— ¿Y qué puedo hacer para alagarme la vida, doctor?
— Pues contar despacio.
Adivina
En una feria, un hombre se topa con la tienda de campaña de una adivina. Pensando en pasar un buen rato, entra en ella y se sienta para ver si resultaba ser una farsante.
—Puedo ver que es padre de dos —dice la vidente, mirando su bola de cristal.
—¡Ajá! Eso es lo que usted cree
–dice el hombre con desdén–. Soy padre de tres.
—¡Ajá! —dice la adivina—. Eso es lo que usted cree.