Los plásticos biodegradables compostables representan menos del 1 % de total de la demanda, dijo el director del Instituto Nacional de Tecnología Industrial argentino (INTI), Alejandro Ariosti , este viernes en entrevista con Efe.
Plásticos biodegradables compostables representan menos del 1 % de la demanda En el marco de la 9º edición del Simposio Internacional de Innovación y Desarrollo de Alimentos (INNOVA), que contó con la ponencia de 24 especialistas de 10 países y se celebró en el Laboratorio Tecnológico de Uruguay, Ariosti señaló que existe «una preferencia» por los materiales convencionales no biodegradables. Según el experto, así como el plástico no desplazó totalmente al vidrio, sus diferentes tipos conviven en el mercado de alimentos y ninguno de ellos es «desaconsejable», sino que su uso dependerá de los costos y de la propiedad de los materiales para evitar el deterioro de los alimentos. Desde 1993 el ingeniero químico estudia la aplicación de los bioplásticos biodegradables y observó que, a diferencia de los plásticos convencionales reciclables, con los primeros no hubo una «explosión» en el mercado. Los plásticos biodegradables -que en principio parecen ser la mejor opción- requieren la existencia de plantas de compostaje, que en el Cono Sur son muy reducidas (en Uruguay sólo existen tres), detalló. «Las plantas de compostado requieren oxigenación, movimiento del material y una cierta temperatura», explicó Ariosti y señaló que, en este caso, la masa del residuo desaparece y se transforma en compost.
«Si (el residuo) queda todo el invierno en un arbusto, no se va a biodegradar y, si se entierra, es atacado por microbios anaerobios que producen gas metano, que luego es necesario evacuar» aseguró. Agregó que «la idea no es ilusionar» al público con que existen materiales «utópicos» y añadió que «todos los plásticos tienen alguna fortaleza». Las formas de procesar los residuos, una vez desechados, según el especialista, son: enterramiento (relleno sanitario), reciclado, incineración, cuyo el calor generado es utilizado para producir electricidad (proceso que se aún se realiza en Europa); y compostaje en el caso de los residuos biodegradables. En cuanto al impacto ambiental, Ariosti sostuvo que se trata de «un concepto muy amplio» y comparó la «huella de carbono» (la emisión de gases de efecto invernadero) que producen algunos tipos de procesamiento de residuos, frente a la «huella hídrica» que implica el lavado de residuos plásticos para luego desecharse. «Billones de litros se usan y se tiran (…). Esa agua retorna al Río de la Plata y después tiene impacto ambiental porque se lleva los restos de alimentos», evaluó y consideró el hecho como algo «impensado»; «hay que evaluar el tratamiento del plástico en cada caso», concluyó. EFE y 180.com.uy