Me parece increíble que hayan pasado cinco años de tu pasaje a la inmortalidad, querida Martha. Tu ausencia duele, pero tu recuerdo aún nos hace sonreír.
Para ser sincero, el dolor de tu ausencia no es una sensación que me invada todos los días, porque te siento presente en las anécdotas y en las enseñanzas,
momentos especiales para mí.
Hija, hermana y madre ejemplar, títulos que, sin lugar a dudas, enaltecieron tu caminar por la vida GRAN MUJER.
Tu nombre es sinónimo de sensibilidad, temperamento, e intuición. Virtudes que lograron ese magnetismo único con los más humildes, que aguardaban
tu llegada, desde el más joven al más anciano, en la búsqueda de palabras que brindaran paz y recogimiento.
De una capacidad impecable, fuiste reconocida por las mentes más brillantes de nuestro país. Poseías una inteligencia feroz que lograba comprender
el pensamiento de cualquiera, no distinguías entre un intelectual y un paisano. Tenacidad te supo sobrar para abrirte paso en el largo e
incomprendido camino de la vida política nacional, sorteando con admirable coraje las adversidades que te dispuso el destino.
Cuándo el hilo de tu vida parecía terminarse, sucedía algo increíble a los ojos de mortales: dejabas que el miedo diera paso a la curiosidad, y así seguir aferrándote a la vida.
Cuándo las dificultades abundaban, no claudicaste jamás, la pasión aumentaba al realizar lo que amabas: estar al servicio de los más humildes, de tus veteranos, de tus mujeres, de tus jóvenes y niños.
Una de las mujeres políticas más influyentes de este nuevo tiempo, título que ganaste a base de mucho esfuerzo. Hiciste de la política un apostolado al servicio público, una verdadera herramienta de transformación social, siempre levantando la bandera batllista, por la justicia social y la preciada descentralización.
Proactiva y conciliadora, no cualquiera puede ver «el vaso medio lleno» de todo y en todos, tu capacidad inagotable estaba en dar en el punto justo
siempre, dilucidar el camino y meterle hasta llegar al objetivo.
Solidaria a extremo, me decías: «Mati, por uno que sea agradecido, valen todos lo que he ayudado». Ser humano extraordinario que consciente de que te esperaba una vida mejor en tu hogar, asumiste la difícil pero satisfactoria tarea de brindarte a los demás.
Por último, y de manera personal, el eterno agradecimiento madrina, a esa gran mujer que me quiso, acompañó y aconsejó en todo momento. Supiste sembrar cariño y cosechar lealtad, enseñándome «que la lealtad, paga».
Dios quiso que tu nombre en hebreo signifique «la reina del hogar», porque eso fuiste en vida, tu espíritu perdura en tus hijos y en toda la familia, quiénes siempre me han hecho un lugar para sentirlo.
Tu ausencia aún pesa en quiénes supimos acompañarte, en este Partido Colorado que no ha sabido encontrar una figura femenina que pueda reemplazar
tu talante, y en un país que aún sigue luchando por la equidad de género.
No tengo dudas, que desde dónde estés nos guías para siempre, interesada en que continuemos tu legado, sin aflojar, en la lucha por los más humildes.
¡QUERIDA, MARTHA!
Martha Silvana Montaner Formoso, nació en Tacuarembó el 6 de enero de 1955, hija de Jaime Montaner y Dora Formoso.
Estudió odontología en la Universidad de la República y se especializó en odontología pediátrica.
Su real vocación fue la política, y al fallecer su padre tomó el liderato de la Agrupación lista 2215 del Partido Colorado. Fue electa diputada por el departamento
de Tacuarembó en las elecciones de los años 1994 y 1999 y 2009 integrando el sector Foro Batllista; en el año 2009 adhirió al movimiento
Vamos Uruguay y fue electa nuevamente diputada para el período 2010-2015. Ejerció como senadora suplente, en varias ocasiones, durante el período 2000- 2005.
Fue Secretaria General del Partido Colorado de Tacuarembó de 1995 a 2010, e integrante titular del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado. El 8 de marzo de 2012 asumió la Secretaría General del Partido Colorado siendo la primera mujer en la historia uruguaya en ocupar el máximo cargo de representación en un partido político. En las elecciones de 2014 fue elegida para el Senado de la República, cargo que ocupó desde el 15 de febrero de 2015 y hasta su
fallecimiento el 9 de marzo de 2016 a los 61 años de edad.