Fue con gran alegría que recibí el mensaje de Carlos Octavio, papá de Soledad Barrios, de trasmitir la idea a quien corresponda, de realizar un minuto de silencio por ella, en ocasión del partido de básquetbol entre Welcome y Cordón, en el flamante polideportivo de Tacuarembó, el pasado sábado.
Hace más de tres años, luego de un partido de “alto riesgo” en el que ni las autoridades del Ministerio del Interior, ni los representantes de la Federación, ni los Clubes, ofrecieron las mínimas garantías en un encuentro que se preveían fatídicas consecuencias, era asesinada Soledad. Luego de riñas dentro y fuera del estadio, producto de la horda de delincuentes, recibe un disparo de bala en el balcón de su apartamento, a cuadras del estadio de Cordón y a pocos metros de la Sede de la Guardia Metropolitana, quien fuera silencioso testigo del hecho. Qué triste paradoja…
Es así que a más de tres años de aquello, sin haberse encontrado luego de esto los equipos, y con las heridas aún abiertaspor el dolor; recibo el mensaje de “grandeza” de su papá, con la idea de marras del minuto por Soledad. En tal sentido, de inmediato le trasmito aJorge Castelli, Director de Deportes de la Intendencia de Tacuarembó,la intención de Carlos Octavio, a los efectos de tramitar con los representantes tanto de la Federación, como de los Clubes involucrados de materializar aquello que mi formación Cristiana me indicaba, aun cuando como en estas ocasiones, las dudas ponen a prueba nuestra Fé.
De esa forma, y con la coherencia de actuar bajo los mandamientos, ví con hidalgía la actitud del dolido Padre. Es así que con sentimientos encontrados de alegría y congoja, recibo la noticia por parte del Director Departamental, de que la idea de Carlos Octavio había dado sus frutos y se haría el minuto por SOLEDAD. Se programó la concurrencia con miembros de la familia, orgullosos de la actitud del Padre, quienes serían los encargados de trasmitir la escena, que contribuiría a acercarle un poco de paz a todos.
Pero menuda fue nuestra sorpresa, al constatar atónitos que “NUNCA NOMBRARON A SOLEDAD”, apenas un triste cartel que decía “compartimos nuestra pasión con responsabilidad”. Al poco rato, y en el estacionamiento del lugar, un personaje guardaba el cartel en el auto al lado de la tía de Soledad (mi esposa). Ante su educada increpación de que nunca nombraron a Soledad, el hombre se presenta como el Presidente de la Federación, quien ofrece tímidos y privados pésames, dando la sensación de estar más preocupado por la conservación del cartel que por el motivo en si.
Mientras autoridades del Ministerio del Interior, autoridades Departamentales e Institucionales, continúan derrochando soberbia o en el mejor de los casos, temor o sencillamente INCAPACIDAD; seguirán en deuda con la familia y en particular, con Soledad. Otra vez dejaron a Solita muy Sola… Pero tenemos el consuelo de saber que con ella está su mamá, quien no pudo soportar la tristeza de su falta, y descansan juntas, eternamente, en las arenas de Punta Rubia…
JORGE DE NAVA