Andrea Tuana, directora de la ONG El Paso, explicó cómo funcionan las redes de trata y pidió que los líderes políticos tomen conciencia sobre el tema.
Interpol detuvo este martes a tres personas en Uruguay y a cinco en España en un operativo conjunto para desarticular una red
de trata de mujeres. Siete son ciudadanos uruguayos y uno es extranjero.
Según se informara este martes, 28 mujeres fueron trasladadas de Uruguay a España con fines de explotación sexual. Las víctimas tienen entre 20 y 45 años
y salían de Montevideo hasta la ciudad de Alcalá de Henares, en las afueras de Madrid.
La Operación Don Quijote estuvo encabezada en Uruguay por Interpol, que realizó los allanamientos este martes en algunos barrios de la periferia y
otro de nivel socioeconómico alto. En España trabajó la Brigada Central Contra la Trata de Seres Humanos de Madrid.
La investigación está a cargo de la fiscal de Delitos Sexuales Sylvia Lovesio y este miércoles tendrá lugar la audiencia de formalización para imputar a los
arrestados.
Los periodistas Emiliano Cotelo y Romina Andrioli, conductores de En Perspectiva en Radio-mundo, profundizaron sobre esta realidad con la trabajadora social
Andrea Tuana, Magíster en Políticas Públicas y Género, militante feminista y directora de la ONG El Paso.
«No sabíamos sobre esta operación, supongo que una vez que arriben las mujeres, si es que no llegaron ya, seguramente serán derivadas a nuestro servicio para comenzar los procesos de apoyo emocional, acompañamiento y reparación», comenzó Tuana y aseguró que «no sorprende» esta
noticia, dado que «hace más de 30 años que en Uruguay hay denuncias y noticias de la existencia de redes de trata en donde se captan mujeres uruguayas para
llevar a Europa». «El asunto es que cada vez se mira la situación como si fuera nueva y excepcional. Es un problema viejísimo para el país. Lo
que llama la atención es como no se logra prevenir y como no se trabaja para alertar a las mujeres jóvenes», lamentó.
Recordando los casos más relevantes, la entrevistada mencionó que en el año 1990 se registró la primera denuncia sobre la ruta
de trata de mujeres MontevideoMilán, pasando por Paysandú. Después, en 2015 ocurrió la Operación Las Palmeras, que fue «muy parecida» a esta Operación
Don Quijote: «Se captaba mujeres de barrios pobres de Paysandú, se hacía primero trata interna para poder entrenarlas y luego las llevaban a España e Italia. No nos sorprende para nada esto».
La directora de la ONG El Paso destacó la labor de la policía uruguaya y española y aseguró que operativos del estilo «se deberían
ver mucho más seguido para apoyar a estas víctimas».
¿Cómo funcionan las redes? La entrevistada contó como funcionan habitualmente estas redes de trata de personas. Por lo general los captadores se conectan con mujeres jóvenes (habitualmente mayores de edad) a través de redes sociales o visitándolas directamente en sus barrios de residencia.
«El captador es una persona que genera confianza para que las mujeres terminan accediendo a viajar. Se dice, ‘ella ya sabía a lo que iba’, o ‘ella consintió’. Claro, pero ese consentimiento es nulo cuando hablamos de que te van a explotar y te van a someter a condiciones de semiesclavitud», argumentó Tuana.
Siguiendo con su relato, señaló que habitualmente las víctimas son mujeres «muy vulnerables», jóvenes, con hijos y «con un peso muy importante para poder sobrevivir o sacar adelante a su familia». «Son mujeres con algún sueño: comprarse la casa propia o mantener a todo el núcleo familiar», dijo.
La entrevistada contó que una modalidad que se repite es lo que llaman «el engaño amoroso»: «Los captadores entablan un vínculo afectivo, de tipo noviazgo y
ofrecen para irse a vivir juntos, para viajar al exterior y conseguir un trabajo para la joven que le permita girar plata para su familia».
«No está dicho, en algunos casos, que vas a ir a realizar trabajo sexual. En algunos casos sí y en otros no. Cuando la mujer ya viaja es porque está muy atrapada en esa ilusión y en el vínculo afectivo que la manipula. Cuando llega a allá muchas veces descubre que en realidad no iba a trabajar como mesera en un boliche
nocturno, sino que lo que está ahí es la explotación sexual», contó.
Hay otros casos, señaló, que los captadores van a buscar mujeres que están en el ejercicio de trabajo sexual en condiciones muy precarias y les aseguran que
en Europa estarán mejor: «Y allá se encuentran que están sometidas a esclavitudes, explotadas y ellos se quedan con la mayor parte del dinero».
¿Cómo salir? ¿Y la familia?
Consultada sobre el rol de la familia y cómo es posible salir de esa situación, Tuana explicó que las mujeres se encuentran «atrapadas».
«Las redes establecen un control de tipo ‘vos aceptaste esto’, ‘vos tenés una deuda’, ‘vos de aca no te podes ir’, ‘si te quejás o pedís ayuda mirá que sabemos
dónde está tu familia’. Más allá que muchas veces siguen teniendo contacto con su familia, esos contactos son controlados. Uno se pregunta por qué no se escapan, por qué no piden ayuda. Porque están atrapadas en esta telaraña de manipulación», relató.
En este sentido, dijo que a veces hay mujeres «que llegan a un punto de no aguantar más» y piden ayuda a un cliente o a su familia en Uruguay, y así es como
se han desarrollado operativos. «Hemos recibido pedidos de ayuda de mamás que nos dicen que hace dos meses no hablan con su hija que está en Barcelona, que la última vez la notó presionada.
De esa manera, a partir de Cancillería e Interpol se ha logrado hacer intervenciones y traer a las víctimas. Son situaciones muy graves. Estás atrapada y con
mucho miedo, los que te captaron están acá, conocen a tu familia y saben donde están tus hijos. Es muy siniestro», relató.
Políticas públicas Tuana aseguró que falta una «enorme conciencia» por parte de los líderes políticos de que es un tema grave e instalado en Uruguay. «También están las mujeres migrantes, que son traídas de centroamérica y explotadas acá.
Falta una enorme conciencia de eso, porque se miran casos puntuales que aparecen cada tanto.
La realidad es que no, las rutas están claramente instaladas y las mujeres son permanentemente trasladadas y explotadas».
En este marco, señaló que hay una Ley de Trata y Explotaciones, pero que «se ha quedado en un cajón y no ha avanzado».
«Todo el capítulo de avanzar en las transformaciones estructurales, eso no se hace. Es increíble que lo sepamos hace 30 años y que no se haga nada a nivel de
prevención para trabajar en los liceos o escuelas. En el sistema de salud, donde las mujeres acuden a atenderse, no se habla. Es un tema escondido bajo la alfombra», dijo. Tuana agregó que hay que reforzar también el trabajo de las fuerzas de seguridad: «Tenemos un trabajo mancomunado con la
Brigada Anti trata e Interpol. Muchas veces tenemos indicios y hacemos denuncias, ellos cuando rescatan víctimas nos las derivan. Sabemos que es un equipo
que está comprometido pero que no tienen los recursos necesarios para investigar toda la magnitud del problema.