Más del 76 % de los consumidores ha cambiado sus hábitos de limpieza en casa, incluso durante el pasado mes de febrero se disparó el consumo de productos desinfectantes. Pero ¿sabemos cómo limpiar a fondo nuestro hogar? Lo primordial, es aplicar una rutina correcta de higiene, más aún cuando vivimos la situación creada por la Covid-19.
Existen diferentes gérmenes en la naturaleza, la mayoría de virus, bacterias u hongos son inofensivos para las personas, pero hay algunos de ellos que — dependiendo del grado de virulencia o el estado inmunológico de la persona— pueden dañarnos y producir una enfermedad. Las vías de transmisión de los
gérmenes que producen las enfermedades son casi siempre por contacto con una persona contaminada o por tocar una superficie que el enfermo previamente
haya tocado. La infección puede llegar, asimismo, por el aire o a través de gotitas de Flügge, que se generan al toser, hablar, estornudar, fumar…
Hay que promocionar los entornos higiénicos si no lo hacemos y no limpiamos bien las superficies o estancias aumentamos el riesgo de que nos ataquen
microorganismos o empeoren las enfermedades que ya padecemos. Los hábitos saludables son muy importantes, tanto los personales (con el lavado frecuente de manos) como en nuestra casa. Necesitamos crear un hogar sano y seguro, así que sigue estos consejos del ‘Manual de Limpieza y Desinfección de tu Hogar’, en el que han colaborado Cruz Roja, el Hospital General de Granollers y KH-7.
LIMPIAR NO ES DESINFECTAR
Quitar la suciedad de las superficies no elimina los gérmenes. Necesitas usar productos químicos para evitar posibles infecciones. La mayoría pensamos en el
baño, pero hay que poner atención en la cocina, donde preparamos los alimentos.
Los lugares con mayor potencial para acumular gérmenes son: la encimera, la nevera o la tabla de cortar. Es importante la limpieza diaria también en otras zonas de contacto frecuente, como pueden ser teclados, tabletas, interruptores, manillas o grifos.
BUENOS USOS
Es muy importante cambiar los utensilios de limpieza (bayetas, trapos y estropajos) e higienizarlos para romper una posible cadena de contagio.
Después de lavarlos, conviene dejar que se sequen al sol. Es básico utilizar los productos adecuados, siempre teniendo en cuenta las indicaciones del fabricante. Por ejemplo, para que el desinfectante haga su efecto sobre superficies y materiales contaminados los tiempos son clave, así que lee bien las instrucciones.
¡Cuidado! La lejía o los bactericidas jamás se aplican sobre la piel, solo están formulados para superficies inertes.
CUIDADOS ESPECIALES
Los gérmenes conviven con nosotros, así que las casas con niños o personas enfermas necesitan frenar la propagación de infecciones. Los juguetes, las
tronas o la vajilla del bebé tiene que lavarse de forma periódica con agua caliente y aclararse bien. Convienes utilizar un solo producto que contenga
biocidas para limpiar y desinfectar a la vez. Por supuesto, hay que mantener siempre estas mezclas fuera del alcance de los niños. Si hay situación de riesgo,
no dudes en utilizar guantes y bayetas desechables para facilitar el trabajo y evitar contagios innecesarios.
VUELTA A CASA
Cuando regresamos del trabajo, de hacer la compra o de practicar deporte tenemos que seguir una rutina para proteger nuestra casa. Antes de salir, conviene dejar en la entrada una caja para luego depositar el bolso, la mochila o la bolsa de la compra. También las zapatillas de casa, así no contaminarás el
suelo a tu vuelta. En cuanto llegues, cámbiate de ropa. La bolsa de la compra no puedes jamás apoyarla en la superficie en la que vas a cocinar y, si no te queda
más remedio, tendrás que desinfectarla después. Para colocar la compra, retira antes de almanenarla todos los embalajes de plástico y el cartón. La fruta se tiene que guardar limpia y seca. Por último, pasa un paño para desinfectar el smartphone y las gafas.
BUENAS COSTUMBRES
Nunca sobra un buen, y concienzudo, lavado de manos. No solo antes y después de comer o cuando utilizas el servicio, también si cocinas, cambias un pañal, te suenas la nariz, estornudas o si has estado en contacto con animales.
Además, a diario, ventila toda la casa, porque los espacios cerrados propagan la transmisión vírica. Evita la acumulación de ropa, sobre todo en los dormitorios, y ordena para no guardar objetos obsoletos, como cosméticos que no utilizas u objetos decorativos que tienes medio escondidos en un rincón. En la cocina, recoge y limpia la suciedad superficial, evita los restos de comida y vacía la basura a menudo.
Por Belinda Guerrero / Micasarevista.com