El COVID-19 cambió la modalidad de trabajo en parte de las empresas.
Algunas tomaron como medida sanitaria implementar el teletrabajo. Sin embargo, luego de que transcurrió un tiempo, el 56% de las compañías elabora una política para el retorno a los lugares de trabajo de forma gradual. Además, un 16% ya cuenta con ella y un 28% no la tiene.
Los datos pertenecen a una encuesta de Mercer, consultora de Recursos Humanos. El relevamiento se realizó entre el 27 de abril y el 7 de mayo y
respondieron 25 empresas subsidiarias de multinacionales de distintas industrias.
Ahora, ¿qué toman en cuenta las empresas para crear un protocolo? La encuesta arrojó que un 20,55% pondera las condiciones físicas preexistentes, un 20,55%
cuán viable es el trabajo remoto en función del rol de la persona, y un 20,55% la caracterización de los empleados y su rol.
Luego, un 13,70% la identificación de riesgos físicos en el lugar de trabajo, otro 13,70% los rangos etarios, un 6,85% analiza el riesgo psicosocial y un 4,11% respondió que considera otras opciones. «Algunas compañías seleccionaron más de una opción en su respuesta», aclara el informe.
El nuevo coronavirus golpeó a una parte del sector empresarial. Un 3,7% de las encuestadas se encuentra en una reducción de la nómina, un 11,1% suspendió las contrataciones durante el presente año, y un 18,52% tiene personal suspendido.
Por el lado contrario, 66,67% de las compañías no piensa realizar modificaciones a la nómina de empleados ni evalúa acciones con respecto a su tamaño.
En cuanto a los salarios, el 88% de las empresas consultadas tiene previsto realizar incrementos en julio o en los próximos meses. Asimismo, en el
presente año prevén otorgar un incremento del 8,75%.
En lo que refiere al Consejo de Salario, más del 70% de las compañías cree que se realizará en el segundo semestre.
Mercer también consultó por las políticas de trabajo remoto que tienen las empresas. Mientras que un 56,52% apunta a mejorar la política del home office, un 34,78% no la revisa.
Por último, un 88% respondió que va a continuar con la realización de comunicaciones para crear hábitos saludables en este contexto. No obstante, un 12% decidió que no lo hará.
«Las comunicaciones más utilizadas en este contexto están enfocadas en el bienestar emocional y social (42,86%); en el bienestar físico (40,48%), en el bienestar financiero (7,14%), en cultura y formación (2,38%), en comunicaciones mínimas (7,14%)», agrega el informe.
El País