Edil Partido Socialista (Frente Amplio) Saulo Díaz
Uruguay transita -desde la presidencia encabezada por nuestro compañero Pepe Mujica- una estrategia innovadora en la lucha contra el narcotráfico, dicha política está enmarcada dentro de un paquete de medidas de seguridad para mejorar la convivencia ciudadana.
Dentro de estas medidas estaba la más innovadora propuesta llevada a cabo en esta materia, la misma propuso legalizar, producir y distribuir marihuana para desactivar así la violencia asociada al narcotráfico, en lo que constituye una propuesta pionera en Latinoamérica, la región que paga con más sangre la lucha contra las drogas.
Entre las medidas de seguridad propuestas, se observan las siguientes orientadas al manejo de esta temática:
1- Abordaje integral de la situación de las personas afectadas por el consumo.
2- Creación de dispositivos judiciales especializados en el narcomenudeo.
3- Legalización regulada y controlada de la marihuana, con un fuerte rol desde el Estado sobre la producción.
Estas medidas apuntan a salir de la antinomia prohibición/legalización, para pasar a hablar de regulación.
Lo que apunta a resolver la regulación de la producción y distribución de la marihuana son dos cuestiones: que las personas que tienen derecho a consumir -si así lo quieren- no deban caer en la red del narcotráfico para proveerse de la sustancia; y que las más de 20.000 personas que consumen problemáticamente reduzcan el daño que eventualmente les provoca el consumir una sustancia –que como el alcohol por ejemplo- tenga los debidos controles sanitarios y bromatológicos.
Debemos afirmarnos además en que, regular la marihuana no significa promover su consumo, no significa promover su consumo, se puede regular la marihuana como el alcohol y tener políticas de lucha contra el consumo abusivo.
Lamentablemente las políticas prohibicionistas desarrolladas en el mundo entero a lo largo de los últimos cincuenta años han demostrado, no solo ser altamente ineficaces para reducir los riesgos y daños individuales y sociales de los consumos de las distintas sustancias psicoactivas, sino además haber agravado exponencialmente los daños, ya sea en el campo de lo sanitario, lo social, legal y económico, generando negocios ilegales multimillonarios y niveles de violencia sistemática nunca vistos antes.
La lucha por la legalización de la marihuana y la eliminación de la prohibición iniciada en el año 1971 por una errónea decisión del Presidente Richard Nixon ha provocado todo este desastre, declarando una guerra que ha sido ganada plenamente por los narcos y los carteles de drogas.
En Uruguay, con 3 millones y poco de habitantes, el 8,3% de la población consumió marihuana en el último año, lo cual representa unas 128.000 personas.
En nuestro país, la marihuana es desde hace muchos años la sustancia ilegal más consumida, teniendo un importante nivel de legitimidad en la sociedad uruguaya.
En síntesis, las políticas actuales en nuestro país han mostrado ser ineficaces para reducir los daños sanitarios individuales y sociales asociados al consumo de marihuana.
En este marco tenemos la responsabilidad de promover políticas públicas de drogas que protejan las garantías inherentes de los derechos individuales y colectivos de los ciudadanos, y a su vez informen, prevengan y elaboren programas que apunten a la reducción de daños y del consumo.
En este sentido, es que celebramos un avance muy importante, un hecho histórico en la vida de nuestro país.
El Instituto de Regulación y Control del Cannabis dio a conocer ayer la lista de 16 farmacias, distribuidas en 11 departamentos, adheridas a la venta de esta hierba, que comenzó a regir ayer en todo el país. Además, este Instituto fijó el precio de la marihuana por envase de 5 gramos de cannabis psicoactivo de uso no médico en farmacias queda fijado en $ 187, que en el mercado negro esos mismos gramos se pagan entre 500 y 800 pesos.
Lo importante es que solo con la aplicación del autocultivo y los clubes de cannabis se redujo un 20% el mercado ilegal, por lo que se espera que los números sigan bajando con la venta regulada por parte del Estado.
Esta es una etapa primaria que irá avanzando, que creo que será exitosa y además que tendremos que ir modificando y aprendiendo en la práctica porque lo que estamos haciendo no sucede en ninguna parte del mundo.
El 19 de julio fue un día histórico, se puso en marcha un nuevo paradigma de combate a la guerra contra las drogas, cambiando una estrategia provisionista por una estrategia de regulación. Creo realmente que será muy importante para Uruguay y para el mundo para testear en que medidas vamos a seguir quitándole poder al narcotráfico con una estrategia de regulación del mercado.