Maximiliano Campo (PC)
En el Uruguay, desde siempre, ha habido un gran espíritu cívico y tolerante, lo que ha llevado a que en los peores momentos la mayoría de los ciudadanos muestren lo mejor de sÍ mismos.
Ante el doloroso suceso que está atravesando el Dr Jorge Batlle y su familia, los uruguayos han mostrado una gran solidaridad y grandeza, dejando las banderas políticas y las diferencias de lado, apoyando a un hombre que dedicó(con aciertos o errores) su vida al país.
El Dr Jorge Batlle acompañó desde muy pequeño en la actividad política a su padre,don Luis Batlle Berres, abrazó la bandera del Partido Colorado, la misma que sus ancestros levantaron con orgullo y compartió además con tres de ellos (Lorenzo Batlle, José Batlle y Ordoñez y Luis Batlle Berres) el honor de ocupar el puesto de primer mandatario del país.
Jorge luchó toda su vida por sus ideas:fue diputado, senador y luego de cinco candidaturas an la Presidencia de la República (1966, 1971, 1989, 1994 y 1999), y finalmente fue electo para el máximo cargo de nuestro país. Por otro lado también, estuvo preso por combatir y ser el primero en enfrentarse y denunciar a la dictadura cívico militar.
Le tocó además, la difícil tarea de enfrentar la crisis económica más dura de los últimos tiempos, a la cual venció y en 2005 entregó un país en progreso y crecimiento.
En fin, dedicó su vida a la lucha democrática en una búsqueda tan noble como mejorar el país que ama.
Desde este medio, me gustaría compartir con ustedes una anécdota que pinta y describe perfectamente lo que a mi entender es el ex presidente Batlle.
Hace varios años, con 15 o 16 años, me tocó invitar al doctor a una charla, me pasaron su teléfono, lo llamé y me atendió él mismo.Me presenté y le expliquéla razón por la que lo llamaba, y su respuesta fue muy espontánea; me dijo: “Sí m’hijo, yo estoy pa’ ayudar, dígame la fecha que yo me tomo el ómnibus y voy”.
Jorge llegó a Tacuarembó en un bus y cuando fuimos a buscarlo a la terminal, ya se había ido. Al otro día, bajo lluvia, comimos un asado con una barra de gurises que se maravillaban y sorprendían de estar con un ex presidente hablando de igual a igual con nosotros.Con toda la espontaneidad que lo caracteriza habló más de cuatro horas seguidas, y sobre todo, enseñó con gran humildad.
Ante la fatalidad que sufrió el ex primer mandatario, nuestro departamento y el Uruguay entero han demostrado su grandeza, su espíritu democrático, republicano y su tolerancia.
Las constantes muestras de cariño y preocupación de la mayoría de los ciudadanos y de referentes políticos de todos los partidos (dígase por ejemplo los ex presidentes Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle, José Mujica o el actual presidente de la República, demuestran que la vida en Uruguay sigue estando por encima de las diferencias (no como en otros países).
Estas actitudes cívicas son las que me impulsan a decir orgulloso:“Soy Uruguayo”, y son las mismas que me hacen pensar que podemos ser un gran país,porque cuando la cosa está fea de verdad, el país se une como debe ser.
Es nuestro deber luchar para que ésto nunca se pierda, y estar unidos, porque a fin de cuentas, TODOS SOMOS URUGUAYOS.