SE ESPERA QUE EN ABRIL SE HAGA VIDA CASI NORMAL
La vacuna israelí contra el COVID-19 arranca su segunda fase de ensayos clínicos sobre mil voluntarios, y si todo va como se prevé, la
tercera fase será en abril.
«Durante la primera fase (de ensayos clínicos) no se identificaron efectos secundarios importantes y dos comités de expertos, internos y externos, recomendaron la aprobación de la segunda fase», informó el Ministerio de Defensa israelí de quien depende el laboratorio que ha desarrollado la
vacuna, el Instituto de Investigación Biológica de Israel (IIBI).
En la primera fase de la vacuna israelí contra el COVID-19, llamada Brilife, se probó en 80 voluntarios en dos hospitales del país, Hadasa en Jerusalén
y Sheba en Ramat Gan.
La segunda fase se experimentará sobre 1000 voluntarios, comenzará en aquellos dos hospitales, pero pronto se ampliará a centros médicos de todo el país.
«Los científicos del IIBI son la ‘unidad de élite’ de Israel y se están ocupando de una tarea extremadamente importante: la de salvar vidas humanas», dijo el ministro de Defensa Benny Gantz.
«Reconozco la gran importancia del desarrollo de una vacuna israelí que continuará sirviendo a la sociedad israelí en los años venideros», agregó.
UNA SOLA DOSIS
El director del laboratorio, Shmuel Shapira, informó al parlamento el mes pasado que se están produciendo 15 millones de dosis aproximadamente que, a diferencia de las desarrolladas por la competencia internacional de Pfizer, Moderna y AstraZeneca, solo precisan de una dosis.
En esta segunda fase de pruebas los investigadores trabajarán «en ultimar las precauciones de seguridad, determinar la dosis más efectiva y asegurar su
completa eficacia», comunicó el ministerio.