Desde los tomates hasta la sandía, los vegetales rojos son una excelente fuente de vitaminas, minerales y antioxidantes. En este artículo te contamos
sobre 12 de ellos con beneficios para la salud.
Los encargados de aportar color a los vegetales son los pigmentos que se encuentran en ellos de forma natural. Entre las frutas y verduras rojas se trata
de forma predominante del licopeno, las antocianinas, la beta-criptoxantina y las betacianinas.
En concreto, el consumo de vegetales rojos se ha asociado con un menor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, como el de pulmón (gracias a los
carotenos) y próstata. Son necesarios mayores avances todavía, pero los primeros indicios proponen la relación entre la ingesta y la reducción de la probabilidad de desarrollar estas patologías.
Por otro lado, los carotenoides juegan un papel fundamental en el desarrollo de la salud neurológica, ya que se encuentran presentes en gran cantidad
en el cerebro. Gracias a ellos y a la acción antiinflamatoria y antioxidante, su consumo puede prevenir la aparición de enfermedades neurodegenerativas.
También están relacionados con una mejor capacidad visual y un refuerzo de la visión nocturna.
Opciones de vegetales rojos y sus respectivos beneficios
Las guías alimentarias de muchos países ya incluyen entre sus recomendaciones la variedad de colores en la dieta.
Para empezar a dar un toque de fuerza y vitalidad a los platos es posible elegir entre cualquiera de los 12 alimentos rojos que se detallan a continuación.
1. Tomates. Por su sabor combinan muy bien con otros alimentos y aportan notables cantidades de vitamina C, potasio y licopeno. Cabe destacar que
este último se encuentra en grandes concentraciones en la pasta de tomate o el kétchup.
2. Pimiento –o morrón– rojo. Existen también los de color verde y amarillo, pero son los rojos los que concentran más cantidad de betacaroteno. Así
mismo, destacan en vitamina C, B6, folatos y antioxidantes.
3. Remolacha. Su alto contenido en azúcar natural se aprovecha a menudo para elaborar recetas dulces como pasteles o jarabes. Sin embargo, hay que
tener presente que el consumo de zumos de remolacha puede presentar algunos efectos adversos, ya que aumentaría la concentración de nitratos, capaces de estimular el crecimiento celular anormal.
4. Chile o ají. Pertenece a la misma familia que los pimientos rojos, pero son más pequeños y picantes, y son auténticos tesoros nutricionales. Contienen una
gran cantidad de vitamina C y A. Además, uno de sus componentes característicos (la capsaicina) tiene una marcada actividad analgésica.
5. Cebolla roja. Tiene las capas externas tintadas por las antocianinas. Se trata de la cebolla roja, si bien este color se pierde a menudo con el cocinado.
Aunque se pueden comer crudas, resultan muy útiles para caramelizar o cocinar mermeladas y chutneys.
6. Sandía. La fruta por excelencia del verano, muy ligera, hidratante y fuente de minerales, como manganeso y potasio.
Entera o triturada es un postre ideal.
7. Uvas de mesa. Las investigaciones sobre sus pigmentos rojos, junto con el resveratrol y otros fitonutrientes, sugieren que pueden ayudar a mantener la
salud del corazón y a proteger contra el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad.
8. Frutillas o fresas. Proceden de una planta muy fácil de cultivar, pero solo se puede disfrutar de ellas durante el verano. Se cosechan al madurar y al ser
frágiles deben consumirse en pocos días.
Son ligeras, con una destacada presencia de fibra, potasio y magnesio.
9. Cerezas. Es una de las frutas más apreciadas por su dulzor natural, si bien también existe una variedad de sabor agrio. Ambas contienen diferentes
antioxidantes y polifenoles (betacaroteno, antocianinas y flavonoles) con una posible actividad antiinflamatoria.
10. Granada. Su piel no es comestible y esconde en su interior las pequeñas semillas de color intenso. Con ellas se pueden preparar zumos o bien añadir
a un gran número de platos frescos.