La mayoría de esas enfermedades se producen porque consumimos alimentos contaminados con bacterias patógenas. Esto es debido sobre todo a que no los manipulamos como deberíamos, ya sea porque no nos damos cuenta o porque no sabemos cómo hacerlo correctamente. Por eso conviene conocer algunos de los errores que cometemos con más frecuencia para así poder evitarlos.
1. No lavarnos las manos
La limpieza y la higiene son fundamentales en la cocina ya que previenen la transmisión de bacterias patógenas. Por eso es muy importante que nos lavemos las manos antes de manipular alimentos y también mientras lo hacemos (por ejemplo, después de tocar carne cruda o huevos crudos).
2. Mezclar alimentos o utensilios sucios con los que están limpios
Si, por ejemplo, utilizamos un cuchillo para cortar pollo crudo y luego con ese mismo utensilio cortamos tomates para una ensalada, haremos que las bacterias presentes en el primero acaben contaminando estos últimos. Por eso es importante separar los alimentos y los utensilios sucios de los que ya están limpios y listos para comer.
3. Servir mayonesa u otras salsas con una cuchara usada
A veces no nos damos cuenta, pero hacemos cosas como meter en un bote de mayonesa una cuchara que acabamos de chupar o con la que acabamos de servir alimentos. De este modo podemos contaminarla con bacterias, que, con el tiempo, pueden proliferar en esta salsa y acabar enfermándonos.
4. No refrigerar a tiempo
A veces cuando nos sobra algo de comida la dejamos sobre la mesada de la cocina durante varias horas, bien porque se nos olvida, o bien, porque pensamos que como «no hace calor», no pasa nada. En realidad, las bacterias pueden desarrollarse fácil y rápidamente a temperatura ambiente, así que lo recomendable es guardar las sobras en la heladera cuanto antes.
5. Descongelar fuera de la heladera
A menudo lo dejamos fuera del frigorífico para que se descongele antes, pero a temperatura ambiente pueden proliferar bacterias patógenas. Por eso lo recomendable es descongelar los alimentos dentro de la heladera.
6. No cocinar suficientemente los alimentos
El calor acaba con la mayoría de las bacterias que pueden estar presentes en los alimentos. Es necesario que el calentamiento sea suficiente. Por ejemplo, si se trata de alimentos de origen animal (huevo, pollo, pescado, etc.) es recomendable cocinarlos hasta que estén bien hechos por dentro.
7. No recalentar de forma adecuada
Cuando recalentamos unas sobras, normalmente lo hacemos en el microondas. Pero si el tiempo que aplicamos es breve, puede que el calentamiento no sea suficiente para asegurar la inocuidad del alimento (se recomienda que el centro del alimento alcance al menos 72ºC). En caso de ser posible, es preferible hervir al fuego durante 5 minutos (por ejemplo, si se trata de un guiso). Además, debemos evitar recalentar varias veces el mismo alimento.
8. No renovar los utensilios con frecuencia
Los estropajos, los fregones, las cucharas de madera, las tablas… Los utensilios de cocina se deterioran y se contaminan con el uso y con el tiempo. Por ejemplo, en ellos se acumulan bacterias que forman biofilms, muy difíciles de eliminar incluso aunque lavemos con detergentes o lejía. Por eso lo más recomendable es renovarlos con frecuencia.