La muerte de Carlos Gardel: 87 años de misterios, recuerdos, disputas y falsedades.
Imágenes de los momentos siguientes al siniestro donde falleciera Gardel y la mayoría de sus acompañantes. (Gentileza de Mauricio Umaña).
Nacer y morir son actos traumáticos y excepcionales en cada ser. El nacimiento es importante porque determina cómo y dónde alguien comenzó. Ese inicio ayuda a recrear la historia de cada ser. Considerando además que el nacimiento es un registro permanente y oficial de la existencia de un niño, y ofrece el reconocimiento jurídico de su identidad. Como mínimo, supone un registro jurídico del lugar donde nació el niño y de quiénes son sus padres. Nada de esto ocurrió con Gardel.
Desde el principio mismo de la civilización el ser humano ha vivido pensando en la forma de morir. Llegar a ese momento y trasponer la línea de la muerte con dignidad y en paz. Nada de esto tampoco sucedió con nuestro artista.
No deseado en su concepción, no querido en su nacimiento, escondido y desmadrado rápidamente, más tarde entregado a una cuidadora por una importante suma de dinero, a pesar de ello, lo económico no influyó para que el niño Carlitos tuviese una “niñez y adolescencia confortable materialmente y pleno de calor y cariño”. Ocurrió todo lo contrario, ese niño fue abandonado. Obviamente la soledad, el desamor hizo lo suyo y Carlitos tuvo varios problemas con la justicia. “Es que lo que no se encuentra en el hogar se consigue en la calle”.
Su vida no fue en vano. Se transformó permanentemente a sí mismo, hoy diríamos su gran resiliencia le permitió dejar lo más bajo de la vida y llegar a la cima del mundo. Un talento fuera de lo común, una voluntad permanente de lucha, esfuerzo y sacrificio. Una visión empresarial inusual. Un verdadero inventor utilizado las nuevas tecnologías. Estudioso, detallista y comprometido con su arte y el público. Y cuando todo estaba servido para conquistar el mundo…termina una vida debido a la impericia, inexperiencia, vanidad y hasta actos delictivos de un piloto, una empresa de aviación y un gobierno.
A partir de esa tarde fatídica de Medellín, terminó una vida y comenzó un gran “circo” (que, como toda función alejada de la verdad, solo es montada para entretener), se inició la tergiversación de la nacionalidad, la adulteración de documentos, los fallos judiciales inexplicables y ese circo realizó su “gran función”, claro en este caso no fue para entretener: “fue por temas económicos”. La herencia del cantor era enorme; un Gardel uruguayo, sin herederos no era negocio.
El “accidente” es investigado y analizado magistralmente por el Investigador colombiano Mauricio Umaña que lo lleva al libro: “Gardel – Vuelo siniestro”. Que, a su vez está basado en el trabajo realizado por Alfonso Uribe Misas en 1938, llamado “La verdad” y fuera prohibido por las autoridades de la época.
(Gentileza Mauricio Umaña).
Más este mismo “accidente” fue el desencadenante de una serie de sucesos de corte hasta delictivo. La investigadora argentina Martina Iñiguez lo expresa en un artículo de su autoría “El doble asesinato de Carlos Gardel”. El copete del informe menciona: Carlos Gardel fue asesinado dos veces, la primera vez, por la impericia e irresponsabilidad de Ernesto Samper Mendoza (piloto de la compañía SACO), la segunda, por la codicia de Armando Defino (apoderado del cantante, en su última época, quien orquestó el Gardel francés). Entre paréntesis, del autor.
Una vez ocurrido el terrible accidente, los forenses se presentaron en el lugar de los hechos para efectuar lo que se conoce como el “Acta de levantamiento de los cadáveres”. El informe explicita las circunstancias en que fue encontrado cada uno de los cadáveres. A continuación, la carátula del informe y el reconocimiento del cuerpo del cantor y su deplorable estado:
El informe original es claro: De cuarenta y ocho años de edad, uruguayo, de la ciudad de Tucuarelo (confunde el nombre con Tacuarembó), Provincia de Montevideo, nacionalizado argentino.
En Julio de 1935, a pocos días del accidente, Armando Defino solicita copia legalizada del Acta de levantamiento de cadáveres a través del Consulado de la Argentina. El 10 de Julio de 1935, el prefecto Ricardo Montoya Pontón solicita sean enviadas a la Prefectura Policial a la mayor brevedad, TODAS Y CADA UNA DE LAS AUTOPSIAS PRACTICADAS EN LOS CADÁVERES DEL ACCIDENTE DE AVIACIÓN DEL 24 DE JUNIO ÚLTIMO, pues se hacen necesarias en la sumaria en averiguación de tal hecho. El representante legal y administrador del aeródromo de Medellín era el señor Antón Perrar, quien a la vez era Cónsul de la República de Argentina en la ciudad de Barranquilla. Este personaje fue el mayor colaborador de Armando De Fino en toda su gestión en Colombia. El 25 de julio de 1935, el acta del levantamiento de cadáveres debidamente legalizada es expedida por el Alcalde de Medellín, Sr. Luis Guillermo Echeverri, quien con su firma avala que el documento “ES COPIA FIEL”. (Fuente del párrafo: “El doble asesinato de Carlos Gardel” – Martina Iñiguez).
Defino viajó a Medellín para hacerse cargo de los restos de Gardel, efectuar su repatriación, encargarse de transformar la nacionalidad del cantante y generar un heredero que en este caso sería la Sra. “Berta Gardes” (Carames), quien hizo de madre adoptiva de Carlos y transformarla en madre biológica. Esto permitiría que fuera la única heredera. Posteriormente “Berta Gardes” (Carames) dejaría todos sus bienes y regalías al propio Defino. En fin…todo sirvió a fines económicos, lo que no se entiende es que aún hoy y quedando en claro todas las falsedades hay quienes defienden la patraña. (si la señora mencionada es de nacionalidad francesa, en ese país se utiliza el apellido de la madre en primer lugar; por tanto, su identificación correcta sería Berta Carames Gardes, sin embargo, no queda claro porque utilizó el apellido paterno en primer lugar).
Este fue el inicio de la construcción de la gran mentira, que sirvió a fines económicos de unos pocos que se sirvieron de la muerte del cantante para beneficio propio.
Nota aparte:
En el marco de la Semana gardeliana, el sábado 25 de junio a las 18 y 30 hs; en la Sala Brocco de la Casa de la Cultura, quien escribe esta columna tiene el agrado de invitar a los lectores de El Avisador y público en general a la presentación de mi libro Carlos Gardel: El más uruguayo de todos. Publicado recientemente por la Editorial Planeta.