¿Sabías que ciertos alimentos contienen sustancias naturales que pueden ayudar a promover una buena noche de sueño?
Dormir bien es un componente importante para tener una buena salud en general. Sirve para mejorar la memoria, para mejorar el estado de ánimo y para regular el apetito, entre otras cosas, además de para reparar y restaurar órganos vitales como el corazón y los músculos. Muchos estudios han relacionado la falta de sueño con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y aumento de peso. Muchos hábitos mejoran la calidad de nuestro sueño (incluido evitar dispositivos electrónicos como teléfonos inteligentes y televisores aproximadamente una hora antes de acostarse, seguir un horario de sueño constante, mantener la habitación oscura y dormir a una temperatura fresca y agradable), pero… ¿sabías que la alimentación también juega un papel fundamental en nuestro descanso?
Leche caliente: Si alguna vez has leído algo sobre los alimentos para inducir el sueño, probablemente hayas oído hablar de este, que tanto nos recuerda a nuestra infancia. ¡Pero funciona! Hay una conexión entre el contenido de melatonina y triptófano de la leche tibia o caliente y la mejora del sueño. También puedes añadirle miel.
Kiwis: Un estudio de la Universidad Médica de Taipei encontró que las personas que comían dos kiwis una hora antes de acostarse se dormían más rápido y dormían más tiempo y de manera más eficiente. Los altos niveles de antioxidantes (especialmente vitamina C y vitamina E), así como el contenido de folato de vitamina B, pueden explicar el mecanismo de promoción del sueño de esta fruta. Además, la deficiencia de ácido fólico se ha relacionado con el insomnio.
Cerezas: El contenido natural de melatonina y fitonutrientes en las cerezas ácidas se ha relacionado con sus beneficios para promover el sueño de forma fácil. La melatonina es una hormona que regula el ciclo de sueño y vigilia y le indica al cuerpo que es hora de irse a la cama. Las cerezas ácidas también contienen nutrientes antiinflamatorios, que pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño y a relajar el organismo.
Nueces y semillas: Los frutos secos y las semillas contienen grasas saludables, que ayudan a reducir los niveles de hambre, y magnesio, que ayuda a relajar los músculos. Las almendras y nueces, específicamente, contienen melatonina. Las semillas de calabaza y girasol contienen triptófano, un aminoácido esencial y precursor del neurotransmisor serotonina, que puede convertirse en melatonina.
Pescado graso: Los pescados como el salmón y el atún son una buena fuente de ácidos grasos omega-3 y vitamina D. Estos nutrientes pueden ayudar a regular la serotonina, un neuro-transmisor elaborado a partir del aminoácido triptófano, que ayuda a regular el sueño, el estado de ánimo y otras funciones. Los pescados grasos también son ricos en proteínas, que se ha demostrado que promueven el sueño.