En nuestros días hacemos cosas buenas que en exceso son malas y nos exponemos a otras que ni siquiera pensamos que nos perjudican y ¡son de lo peor! Aquí les compartiré algunas:
1. Ejercitarte con temperaturas altas Sí, hacer ejercicio es la fuente de la juventud y de lo mejor para la piel pero cuidado con el exceso de calor. Un estudio encontró que exponer las células de la dermis a demasiado calor produce radicales libres, mientras que otras investigaciones demuestran que es un factor que empeora la hiperpigmentación, además de deshidratar la piel. De hecho se aconseja que las personas con melasma y rosácea lo eviten.
¿Qué hacer?
La próxima vez que vayas a tu clase, lleva una botella de agua, mineral mejor, para contrarrestar la pérdida de agua. Al terminar toma un vaso de agua con hielo
para enfriarte desde adentro.
Tomar un baño con agua tibia (no caliente) también te funcionará para disminuir gradualmente la temperatura corporal.
2. Creer inofensivo a tu celular
¿Te has puesto a pensar todos los lugares que visita tu teléfono? El escritorio, el lavabo de un baño público, la mesa del restaurante, el metro y después… ¡te lo
acercas a la cara! Todas esas bacterias, suciedad y grasa van directo a tu más grande carta de presentación.
¿Qué hacer? Límpialo lo más seguido posible con toallas especiales para limpiar gadgets y equipo de cómputo o incluso las de bebé.
3. Beber jugos en exceso
Las frutas y verduras son de lo más saludable y yo les recomiendo algunas bebidas para obtener muchas vitaminas y minerales en un solo jugo, pero es crucial: no abusar, ni basar tu alimentación, ni extender demasiado la tendencia de las dietas conocidas como «detox» que los incluyen todo el tiempo. Al hacerlo corres el riesgo de aumentar los niveles de azúcar en la sangre, producir efectos en las hormonas y desencadenar problemas como acné, además de dañar el colágeno y la elastina.
¿Qué hacer?
Si piensas hacer un detox de jugos procura que no supere los 3 días y no la repitas con frecuencia. Prepara aquellos que son bajos en
azúcar, enfócate en ingredientes verdes como espinaca, apio y agrega una fruta, ya sean arándanos, melón o manzana. También puedes
incluir almendras o leche de almendras para obtener proteína, recuerda que la piel la necesita para mantener su firmeza y elasticidad.
4. Exponerte sin protección a los monitores
El problema viene cuando abusamos de ellos en la noche pues inhibe la producción de melatonina, la hormona que incita al sueño. Dormir es importantísimo cuando se trata de la salud cutánea porque es durante este periodo cuando producimos la hormona de crecimiento propiciando la regeneración celular.
¿Qué hacer?
En lugar de renunciar a tu lap o celular, ajusta el color de la pantalla a uno más tenue. Además, procura dormir bien, tomar mucha agua para compensar los
efectos de la falta de sueño y usar una crema humectante con ceramidas antes de ir a la cama.
5. Hacer demasiado ejercicio
Es fundamental pero ojo, a menos que seas una atleta de alto rendimiento, ejercitarte arduamente por muchas horas todos los días, puede afectar tu piel. Todos
sabemos los beneficios del ejercicio, pocas están conscientes que el sudor extremo da como resultado una piel irritada, inflamada e incluso acné crónico.
El exceso de sudor cubre la piel induciendo a rojeces, inflamación y picazón. Las mujeres con piel sensibles son más vulnerables y aquellas que viven en climas calientes pueden padecerlo todo el año.
¿Qué hacer?
No tienes que dejar el deporte sino llevarlo a cabo con inteligencia. Siempre tomar un baño de inmediato o lo más rápido posible después de tu rutina, ya que si el sudor se queda mucho tiempo, las bacterias pueden aumentar, causando granos y acné.